Colores y emociones: la polémica más trata de la literatura infantil | Cultura
No hay fantasía como la de un niño. Imagina fascinantes juegos hasta en una calcetina. Crea aventuras épicas a partir de un árbol o una hormiga. Y, también, sabe ver peleas ahí donde un adulto menos se las espera. Una galleta partida en dos, un minuto más en el parque, una historia narrada no exactamente como el día anterior. Las razones resultantes son tan infinitas como sorprendentes. E importantísimas, eso sí, al menos para ellos. Así que, tal vez para imitar a sus lectores, la literatura infantil se ha metido estos días en una controversia tan particular como relevante: el…