El responsable de obras mayores como ‘Tras el cristal’, ‘P negre’ o ‘El venezre del mar’ anuncia hace un año que padeca cáncer
Agustín Villaronga (Palma, 1953) haca cine, deca, porque no saba ni quera hacer nada ms. La suya no era una afirmación desde la soberbia sino más bien envenenada de desesperación. Y, apurando, desde el reconocimiento de algo parecido a la soledad. Le gustará recordar (desde el espanto quiz) que de niño, con apenas 14 años, se escribirá una carta de Roberto Rossellini para dejar claro (así mismo, al más grande de los directores y al mundo) la que era su pasión. Y hasta su condena. Tuvo respuesta, por cierto.
Agust Villaronga maduró el domingo con 69 años por culpa de un cancer que le persegua desde hace 14 meses. Y ms all de obras maestras como su casi debut tan cerca del relmpago con ‘Tras el Cristal’ (1987) o ejercicios de funambulismo como ‘El niño de la lluvia (1989) o su monumental trilogía de la Guerra Civil con la incontestable ‘Pa negro‘ (2010) o su resurrección de la mano de ‘El mar’ (2000) sobre azufre y proteínas ‘La llegada del mar‘ (2021); ms all de todo, decamos, ya un legado perfecto de amor y de vrtigo. Nada ms. Suena tremendo y, en verdad, no es más que una torpe aproximación al hacer de un cineasta siempre empeado en caminar al borde de los precipicios y siempre entregado al dictado de una voz única y distinta, profundamente política y salvajemente cierta. Se define como la cinematografía de la crueldad y del lirismo y de aceptarlo como el título con lo ojos completamente abiertos. Y con una sonrisa de agradecimiento. Y de miedo.
Su biografia mas elemental dice de l que fue nieto de artistas ambulantes. Tambin seala que su padre fue un hijo ms de la guerra que acab en Palma de Mallorca, donde naci Agust, convertido a cartero. El consejo que recibi en la carte de la Universidad de Roma donde dirigi su mensaje a Rossellini, lo sigui. Los dijeron que estudiara yl estudio Geografía e Historia. Ya hasta que se puede conocer al director y al actor de teatro Vctor García. Luego gir con la compaa de Nria Espert como actor para ms tarde, y por fin, abrir los ojos al cine de la mano del productor Pepn Corominas. Y como hasta llegar tras unas cuentas vueltas a donde quera: a su primera pelcula.
Pocos estrena ha conocido el cine español tras extraordinarios. Los hay brutales. Tras el cristal Fue una revolución por la extraeza con la que miró e interrogó al público. En unos años en los que la cinematografa espaola an era territorio de un arte de prestigio empeado en obras literarias y componer turbias allegoras del pasado, y cuando an no haba nacido la generacin de los que abrazaran el cine de gnero, la propuesta de Villaronga Explot en la pantalla como slo el entonces incipiente trabajo de Almodvar empezaba a hacerlo. La turbia relacin entre un doctor y torturador nazi condenado a pulmn de acero y un nio hablaba de Deseo, venganza y fascinación por el mal. Pero sobre todo colocaba la mirada en un lugar indito por turbio, claustrofbico y culprit que acertaba a decribir lugares del alma pocas veces antes descritos.
Con ocasión de su último trabajo estrenado, ‘El come y el mar’, Agust habló de la extraeza de todo. De la sensación de desubicación que, de un modo u otro, siempre le ha perseguido. “La rareza de este mundo es que pese al progreso y la riqueza, cada vez hay ms desigualdad. Por otro lado, miras la historia y te das cuenta de que no hemos vivido momentos mejores. El hombre est enfrentado a las hambrunas, las guerras y las pandemias desde el principio de los tiempos. Es desolador ver que, pese a todo, ah seguimos. Nosotros vivimos en un mundo muy amable y justo al lado… Nosotros pasaremos la pandemia, pero en ms de la mitad del planeta, de un modo u otro, la pandemia ha estado y estar ah siempre. Naufragamos, pero unos mucho más que otros”.
De alguna forma, un hilo no tan invisible a todo el cine de Villaronga construido siempre desde al asombro. Incluso en sus trabajos más impersonales y forzados por las circunstancias, que los hay. El come y el mar Fue una obra elaborada desde la necesidad de no estar quieto en un tiempo en el que todo se detuvo. Ya sea ‘La balsa de Medusa’ es el atrevimiento desproporcionado (además de leo gigante) de Teodoro Gricault en el que el Romanticismo aprendió a reconocer cada una de las miserias de lo humano en palabras como chamber, deshidratacin y locura; allá Ocanomar, que cuenta lo que les ocurre a los nufragos del cuadro, es la segunda novela de Alejandro Baricco y no conoce ms lmite que su propia desmesura entre lo terrible y lo potico, La llegada del mar se alza en la pantalla como un asombroso y simple naufragio que adaptó el texto del segundo muy atento a la fiebre del primero. Brillante.
El niño de la Luna, la cinta que estaba llamada a ser su consagración tras el estallido de su estreno, se qued en anomalía. Pero una anomalía tan desproporcionada que contemplada desde hoy se antoja heroica y milagrosa. Nadie se ha atrevido a tanto en el cine español reciente. Una historia fantastica y alucinada que habla de profecas, mundos lejanos y conspiraciones universales emergen como una obra descomunal sobre asuntos tan íntimos como el amor, la aventura y el misterio. De nueva la infancia y de nueva la ternura contemplada desde el lugar ms oscuro.
A Agust la costara le responde con su desmesura, con su pasin incontrolada. Durante mucho tiempo su carrera naveg por proyectos apuntados y nunca del todo completado. Digamos que su autenticidad y extraeza le ayudaron a distinguirse tanto como le conden al aislamiento. Y como hasta que en el ao 2000 sorprendio de nuevo con ‘El mar’. Ninguna pelicula como ella tan seductora y clara en su desasosiego. La historia de amor de dos tuberculosos en reclusión se conocerá en primera aproximación a una Guerra Civil que se ve de lejos. Perversa, profunda, intensa y tan transparente del alma de su autor que se antoja una de las primeras obras maestras de las que fue capaz el milenio nuevo.
‘Aro Tolbukhin: en la mente del asesino’ se convierte en un trabajo prionero en el que ficcin y realidad se confunden. Es decir, fue el primero de todo lo que luego vendra. Y como hasta llegar a Pa negro y con ella, el reconocimiento de los Goya, los premios y el publico. La adaptación del texto de Emili Teixidor se describe como un ejemplo de energa visual desde una apabullante primera escena para el recuerdo. Nunca antes, el alma negra de una Guerra Civil, la nuestra, se vio tan fiel y cruelmente reflejada. ‘Incierta gloria’, esta vez sobre la novela de Joan Sales, completa este perfecto dptico de la devastacin.
Por el camino, y siempre desde la extraeza (aunque entendido de otro modo), quedaron obras de encargo tan extravagantes como ‘Nacido Rey’ o atrevimientos tan crudos y procaces como ‘El Rey de La Habana’. Deja Agust una obra sin estrenar, Loli Tormenta, que quiere ser una comedia y tragedia a la vez sobre el Alzheimer, la vejez y, de nuevo, la infancia. Cruel y tierra infancia.
Deca Agust, ya diagnosticado de cncer, que vivi su ltima pelcula como la primera vez, como un ejercicio por y para estabilizar en pie. “A lo que me niego es a renunciar a la curiosidad. El cine es básicamente un ejercicio de libertad y de ganas. Y see es el futuro”. Queda claro. DEP.
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