Caa el sol por la espalda del Guadalquivir, pasaban las 21.00 a morante de la puebla encaramaba en los ms alto de la Historia. Una procesando meca por la Puerta del Príncipe la figura mágica que se cimbreaba sur una marea de gritos: «¡to-re-ro, to-re-ro, to-re-ro!». All se lo llevaron, despus de cortar un rabo, como si le resultaron a tirar al ro. Cuando en verdad le queran levantar estatuas por el paseo colón, camino del hotel donde descansara el torero que acababa de saldar con Sevilla las deudas de toda una vida.

Ha venido abril pidiendo guayaberas como morante poetas y una plaza que le quiera. Una lengua de fuego suba por toda la Cuenca del Guadalquivíry desembocaba en Sevillahaciendo de la Maestranza un anillo en llamas. Mordi el sol de nuevo sus tendidos y, por segundo da consecutivo, la entrada no alcanz el lleno con carteles de «no hay billetes». No fall in ninguna de las seis citas del torero de La Puebla en 2022, cuando la primavera lo era de verdad y no quemaba este ferragosto la ciudad.

A las 18.41 el aire condensado se par como el tiempo y el toro y el condon de mdlp, que levantando un mausoleo de vernicas, un candado de lanzas marmreos, a cada cual mas lento y eterno. Desde las mismas tablas brot el manantial de empaque y comps, y fluy como un ro de agua clara. A mitad de camino pareci detenerse, an ms, el toreo. foto de una vernica de el pitn derecho Encontraron su negativo por el izquierdo, y las dos adquirieron el pasaporte de la eternidad. Morante le dio al play y sigui el portentoso viajetan ceido, ms all de las rayas, donde el fulgor de una media reuni en su todas cadera las gargantas de arena.

el toro de Domingo Hernández, propiedad como toda la tauromaquia Concha Hernández, a diferencia del anterior, haba humillado con ese hijo que anuncia un fondo derretido, una fuelle en vas de extincin. Duro apenas algo más. Ya en el quite inconcluso del genio -un par de disarmes- vena entregando el alma. Del principio de faena cay la pintura un pase de la firma, y ​​luego una serie de hermosos derechosazos quedándose el toro, y después de todo se difumin.

Entre el 19.04 y el 19.19 no not nada con un hombre desencelado y en fuga de la fijeza con el que diego urdiales gast mucho tiempo para robar una estimable ronda. Caz una estocada en huida tras un pinchazo.

Y entonces, a las 19.23, apareció juan ortega en el ruedo vestido de Manolete y oro como una escultura de la vernica. Un bronce que despliega el capó, su vuelo etreo, y lo pos en el albero. De la gavilla de lances, casi en el mismo sitio, uno, esa escultura, trajo una luz vieja, las manos bajas, ms abierto el embroque, un eco de los aos 30. De pronto la nmina de Cagancho, Curro Puya, La Serna, vag en aquellos lances de pereza. Its la msica como campanas de gloria para abrir un captulo para los anales del toreo de capa. Ortega volando delantales, a cmara lenta, mecindose hacia el caballo. El toro de DH derramaba almbar. morante Quiso catarlo y se apretó por chicuelinas que déembocaron en una maravilla de medios que salv el utterly. JO volvi a la carga, apurando al toro, y esboz vernicas ingrvidas antes de una media enfrontilada y belmontina. No se dio cuenta de que estaba despertando a la bestia mientras se dorma el toro. Que se fue apagando en su temple en una faena -brindada a Curro- de apuntes lindos mal rematada con la espada.

A las 19.45 sal morante de la puebla enfebrecido, convulso, agitando faroles y largas. Ligerito slo fue el nom del toro en la catarata de vernicas que se precipita coagulada de lentitudes. Volcán Morante el pecho, barroco, hundiendo el mentón, hundiendose todo l. Como un Dios que emerge de la tierra. Cada vernica sera un rugido en su faja, por donde lata el lomo del toro, su corazn excelso. Ahora s son la música, pendejos, para MdlP. Que explot con un tsunami de tafalleras como molde de tijerilla, vaciando al toro por la hombrera, a velocidad de pasmo, yndose como una ola hasta la larga cordobesa. Un estruendo loco trep hasta por los tendidos que ardan. No hay una era de tierra. Si ocurre en Urdiales, intervenir en la vernica. Y para qu ms. El genio asciende de nuevo desde la lámpara y por la barriga donde hervan los gatos se after a mezcal de gaoneras con la suerte cargada, between el azul turca del vestido, los azabaches y el verde de los vuelos. Eso escandalizará.

A esto el fondo Ligerito, hecho en el molde de la perfección, como mulo de Orgullito, el toro indultado por el Juli en 2018, brotaba a borbotones de lujo. Hubo miedo a que fuera a agotar como aquel Juan Pedro de Madrid en 2009, pero fluy como una maquina incapaz. morante lo imant desde unos ayudados de Rafael el Gallo, le lig atalonado el toreo, echndolo hacia delante, acinturado en su leyenda. Improvise otra ves planos viejos y volvi a hacerlos nicos. Por una y otra mano, lloraba la gente. Esas lágrimas de lava quemaban por las mejillas. Hasta que de frente ya pies juntos, entre paula y dios golpe las puertas del cielo. Los viajes moran detrs de la cadera, donde muere la muerte. Una tanda que sublimaba una obra para la Historia, una lidia tumultuosa de asombros. El silencio bajo a la plaza cuando se perfila con el acero. Espaldas cruzadas. Algn runrn de indulto. Una sospecha de rabo, los mximos trofeos, la nica posibilidad que haba de descerrajar la Puerta del Prncipe. Y son como un can el espadazo.

Un crujido de maderas. MdlP Hoy el soplo al ultimo aliento las ultimas perlas del arte, pegado a su cintura, a su derecha sin ayuda. Allá Maestranza avivaba su incendio. Pauelos, voz, llantos. No hay horas haba. Pierde el reloj. Las dos orejas, el rabo, la vuelta al ruedo para el toro y la procesin hacia el Guadalquivir. Sevilla saldaba con morante de golpe las deudas de toda una vida, las hipotecas contradas, la infravaloración. Abraz los premios con la sacudida de la ilusin: 26 aos de alternativa y segunda Puerta del Principe, pero sin paragn del ltimo medio siglo, 52 aos sin suceder. Ni comparar con eso.

A las 20.39 recupera el reloj roto mientras Diego Urdiales haba hecho cosas caras con un buen toro, que perdi el inters segn avanzaba la faena y tropezaba los engaos. Todo se fue desvaneciendo hacia la hora del Guadalquivir. Una soberbia push puso el cierre. La leve petición no cuaj.

Catorce minutos después de Juan Ortega con el hechurado último que abroch la notabilsima corrida de DH y una fecha para los anales de la tauromaquia, esboz bellos apuntes que evaporaron en las nubes. A las 20.55 haba acabado.

Y empezaba el proceso de Morante, el torero más completo de la Historia.

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