Algún columnista conservador ya ha puesto el grito en el cielo ante la «frivolidad» del nuevo escándalo, y hasta ha lamentado que los ministros del Gobierno ya no comparten amantes con un agregado soviético, como en el famoso «caso Profumo», o sean pillados en una sesión de sadomasoquismo. La polémica de la semana, que afectó al primer ministro, Rishi Sunak, y ha acabado con una multa de tráfico, es considerablemente mayor.
La policía de Lancashire ha comunicado su decisión de imponer una sanción condicional —que implica el pago de un depósito de 100 libras, 115 euros y la retirada de las sanciones— “a ciudadano de 42 años procedente de Londres”. El ciudadano no era otro que Sunak, y la multa ha sido la consecuencia de la propia torpeza de su equipo de comunicación. El primer ministro visitó esta semana muy localidades del norte de Inglaterra, para promocionar el plan de nivelación económica regional de su Gobierno. En un momento de la visita se le ocurrió la genial idea de grabar un video para Instagram en el que Sunak contaba arriba. Sentado en la parte trasera del coche oficial, sin usar el cinturón de seguridad, mira a cámara y dirige a los ciudadanos. Al tratarse de un vehículo en marcha, la ley obliga el uso del cinturón.
Cuando los usuarios de las redes detectaron la infracción, Downing Street eliminó el video de su cuenta, y el primer ministro pidió disculpas por lo que había sido un «breve error de juicio». En cualquier caso, no quedará ninguna alternativa para la policía, que después de investigar probablemente el incidente ha procedido a multar a Sunak.
No es la primera vez que recibe una multa por saltarse la ley mientras está en el Gobierno. Cuando ocupó el cargo de ministro de Economía, durante el mandato de Boris Johnson, fue también sancionado —junto al primer ministro está la esposa de este, Carrie Johnson— a esperar una de las fiestas prohibidas en Downing Street durante el confinamiento. Era el 16 de junio de 2020, cuando se sacó la sala donde se reunieron los ministros del Gobierno para decerle a Johnson una tarta sorpresa por su cumpleaños.
Torpezas
Sunak, gran aficionado a las redes sociales, ha cometido ya varias torpezas que han hecho las delicias de la oposición laborista, como cuando fue incapaz de pagar una consumición con una tarjeta de crédito de contacto. «No sabe ponerse un cinturón, no sabe manejar una tarjeta de pago, no funciona el servicio de ferrocarriles [por las huelgas]ni la economía, ni el país”, ha dicho un portavoz del principal partido de la oposición.
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«Todo esto es la trágica prueba del declive del Reino Unido», escrito por Brendan O’Neill en El espectador, la revista que mejor resume el alma del clásico conservadurismo británico. “Solíamos ser los maestros mundiales cuando se tratara de generar industria, música pop o escándalos (…). Donde antes peumos capaz de producir John Profumo y la gloriosa Christine Keeler [el ministro y la amante que también tenía relación con el agregado soviético], ahora fabricamos holders con el primer ministro sentado en la parte trasera de su coche. ¡Ponte las pilas ya, Gran Bretaña! Necesitamos cuanto antes un escándalo político en condiciones”.
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