Este martes terminó la posibilidad -abierta en la pandemia- de que las farmacias dispensen medicamentos de foto-recetas, es decir, órdenes escritas de puño y letra, luego fotografiadas y transmitidas vía chat o mail por médicos y odontólogos, entre otros profesionales de la salud. Un pergamino necesario en la cuarentena, con el que se subsanó el atraso local en el uso de receptores electronicos con firma digital registrada. Justamente, el desafío en el que se centrarán estas líneas.

Conviene destacarlo: desde el primer día de marzo, las 13.000 farmacias del territorio nacional (o su mayoría…) rechazarán las recetas fotografiadas, confirmaron desde la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) y también desde Farmacity, una de las cadenas que más presencia permanecer en el país.

María Isabel Reinoso, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires y prosecretaria (hasta diciembre había sido presidenta) de COFA, habló de uno de los obstáculos que avizora a partir del primer día de marzo: “Las obras sociales son complicadas. Esperanzas que garantizan poner a disposición las recetas electronicas en todas las farmaciastendrán convenio o no”.

Aun cuando el tema avanza y promete modificar (para mejor) la adquisición de fármacos de venta bajo receta de un modo más seguro y práctico, una ronda de consultas a distintos protagonistas del sector mostró que, si bien hay consenso en dejar de lado las muy endebles foto-recetas, las recetas digitales son un capítulo que viene lento.

Recetas electrónicas: trazabilidad y modernización

Por un lado, dijo Reinoso, por los corotocircuitos que pueden surgir en cuanto a la trazabilidad de las plataformas que emiten las propias recetas electrónicas, respecto de los softwares de las farmacias.

En este punto son esperables diferencias obvias, según los recursos (y la voluntad de aggionarse) que manejen las obras sociales y prepagas para poner a punto sus sistemas informáticos.




El aviso que circuló a fines de diciembre y después se suspendió hasta marzo. Foto: Andrés Delia

El otro gran tema competencia a las autoridades: no hay todavía una exigencia (ni un control) con respecto a la firma digital o electrónica de los profesionales de la salud, detalle nada menor que debería figurar en todas las recetas electrónicas, algo que, podría probar Clarín (y admitieron en una prepaga) no ocurre en todos los casos.

Reinoso sumó algo más, apenas arrancada la entrevista: «Uno de los temas en los que hacemos uso en las reuniones que estamos teniendo con las autoridades es el problema de las recetas duplicadas«.

«Es decir que los módulos de prescripción electrónica permiten que los médicos confeccionen recetas duplicados (N. de la R: una queda en la farmacia, la otra va a la obra social), para aquellos medicamentos que tengan el requisito de ‘receta archived’”, dijo.

Es el caso de algunos antibióticos y de todos los psicofármacos”. En una importante prepaga consultada no lo negaron: «Ah, no… si es con receta archivada, la hacemos en papelEsto está en español, no en francés».

La receta electrónica, según el Ministerio de Salud

Se sancionó a multas de 2020, pero la ley de Recetas Electrónicas no está regulado.

El impulso de esta normativa fue double: buscó avanzar en una pendiente materia, pero también correcter los inconveniences que generó el parche de la foto-receta (lógico para el contexto del ASPO, pero rudimentario a los efectos de un sistema sanitario seguro), ya que muchos avivados salían a comprar psicofármacos con el mismo ordenpresentando la foto además de una farmacia.

Desde el Ministerio de Salud de la Nación prometieron dar más detalles el próximo lunes (horas antes de que caduque la dispensa de remedios por foto-receta), pero transmitieron este mensaje provisorio:

“Estamos trabajando en criterios unificados para la regulación de receta digital, con amplio consenso de todos los subsectores del sistema de salud y conformidad en los avances que les venimos mostrando”.

Retomando las palabras de un gerente de una importante entidad de medicina prepaga, por ahora no hay «un modo» de hacer las cosasPorque no hay una indicación concreta desde el Ministerio sobre cómo avanzar en este tema.

«Todo esto lo hicimos solos, como nos pareció», resume la fuente.

Recetas digitales en provincias y CABA

Una de las provincias que más avanzó en la materia fue Buenos Aires, que recientemente lanzó su propio sistema de recetas digitales. Se ofrecen puntos distintos en los que los médicos pueden registrarse (ver ms.gba.gov.ar) y, desde ahí, se supone confeccionar recetas electrónicas, bajo control oficial.

En cuanto a la Ciudad, compartieron con este medio que “se deben diferenciar bien los sistemas de Salud. En la Ciudad existe la historia clínica electrónica y la receta electrónica desde hace ya cuatro años. Todas las recetas del sistema público se hacen por receta electrónica y se retiran en la farmacia”.

Del resto de los efectos dijeron que “el Gobierno nacional comunicó que ya estaba completar el reglamento de la Ley Nacional de Recetas Electrónicas y, desde allí, se integrarán con los privados las políticas de cómo se llevará adelante”.

Desde las entidades OSDE, Swiss Medical, Medifé y Medicus aseguraron a Clarín que cuentan con plataformas propias, y que a través de ellas los médicos están emitiendo fluidamente recetas electrónicas, con todos los requisitos legales.

Sin embargo, como se comentó arriba, hay casos en los que falta la firma digital registrada del médico, admitieron desde una de las entidades donde reconocieron atrasos en el tema y apuntaron a falta de direccionamiento de las autoridades.

Dónde se van a poder usar las recetas digitales

Todas las entidades consultadas confirmaron que sus recetas emitidas digitalmente podrán usar en todas las farmacias del paisindependientemente de lo que diga la cartilla y de los descuentos.

También desde Farmacity tranquilizaron en este punto: aseguran que la receta electrónica funcionaran igual que el papel tradicional.

O se que si el paciente precisa comprar un medicamento de venta bajo receta (que representa más del 70% de las ventas de remedios) pero por la razón que se precisa resolver en una farmacia que no le hace descuento, con la orden digital debería poder adquirirlo sin problemas a precio de lista.

Desde ya, no todas las obras sociales están «conectadas a los softwares de las farmacias», declaró Reinoso.

El tema avanza, aseguró: «Diría que está en un 70% u 80%. A fin de año debería estar marchéo bien».

PD

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