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Neil Jordan: «Lo que más sorprendió de Hollywood fue su racismo latente»

Neil Jordan: «Lo que más sorprendió de Hollywood fue su racismo latente»

Actualizado

El director irlandés reconstruye la ciudad de Los Ángeles de los años 30 en la Barcelona moderna para ‘Marlowe’, un homenaje luminoso al género negro sobre un texto de John Banville

El director Neil Jordan en un momento durante el rodaje de 'Marlowe'.
El director Neil Jordan en un momento durante el rodaje de ‘Marlowe’.Quim Vives
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El más cinematográfico de los escritores o el más literato de los cineastas. Como quiera. Director y novelista, Neil Jordan (Sligo, Irlanda, 1950) no admite más definición que la de su empeño declarado por no dejarse definir. Comidas sobre la filmografía de su debut en 1982 con ‘Ángel‘, a turbio thriller a vueltas con el terrorismo del IRA, hasta su reciente ‘Marlowe’, una regresión al clásico ‘negro’ de la mano del más evidente de los detectives, se adorna bastante con un ejercicio de funambulismo al borde de todos los abismos y al límite de cada uno de los géneros. Sin reglas ni modales ni estilos. El responsable de películas como ‘Mona Lisa’ (1986), ‘Juego de lágrimas’ (1992) o ‘Entrevista con el vampiro’ (1994) presenta a hora una película, como cada una de las suyas, eminentemente anómala. Está basado en el antihéroe creado por Raymond Chandler en el pasado, pero escrito en fecha muy reciente por John Banville; discurre en Los Ángeles, pero está rodada en Barcelona; answer al género negro, pero lo primero que llama la atención es su luz, su claridad, sus colores encendidos. Su protagonista es Liam Neeson, pero el personaje realmente duro de pelar es el interpretado por Diana Kruger. Y así.

¿Por qué Barcelona?
Pese a lo que pueda parecer no es ninguna excentricidad ni un capricho de producción. Quisimos rodar en Los Ángeles, pero la ciudad que buscábamos, el escenario de las novelas de los años 30, ya no exist en absoluto. Ha desaparecido. Es como si la ciudad hubiera abdicado de su propia memoria. Así que nos compraron por una especie de espejismo donde una fabricación de papel abandonada en la capital catalana nos valía como estudio. El Benedict Canyon de Chandler es más una ciudad europea odiada por los mimos que la montaña de asfalto en la que se ha convertido.
Para continuar con las comparaciones impertinentes, ¿no es Liam Neeson demasiado mayor para dar vida a Marlowe?
Prueba. Sin duda es bastante mayor que Humphrey Bogart y mucho más que Robert Mitchum cuando hizo el mismo papel. Y, desde luego, poco o nada tiene que ver con Dick Powell. Pero creo que Liam, con el que ya trabajó con anterioridad en varias ocasiones, lucía un halo de integridad completamente nuevo. Me atría la idea de repetir el juego de Robert Altman cuando creó un nuevo tipo de detective en ‘Un largo adióscon Elliott Gould. En realidad, y sin jugar a ser iconoclasta, la idea era darle la vuelta al imaginario común. Hablamos de un’negroY, en verdad, se trata de una ciudad luminosa. Probé la idea de jugar a las contradicciones, de saturar de luz un mundo lleno de oscuridad. Pienso en lo que hubiera hecho Howard Hawks en ‘El sueño eterno‘si en vez de rodar en blanco y negro lo hubiera hecho en color.
Otro de los contrastes es el papel de la mujer al que da vida Diane Kruger. Para nada casa con el habitual de mujer fatal…
No hay que olvidar que la ‘femme fatale’ tal y como la conocemos no es más que una creación de la fantasía del hombre. Es una fabulación machista que hoy en día resulta inadmisible. Tampoco se tata a moldarse a la nueva mentalidad, simplemente el papel de una mujer unidimensional ya no es creíble, ya no es real. Por eso me gustó que el personaje femenino ideado por Banville lo que de verdad quiere cuando contrata al detective no es encontrar a su amante porque le eche de menos, sino que desea dar con él para matarle con sus propias manos. Luego, por supuesto, todo se complica. Si mucho. Esa es otra de las características del género. Cuentan que en la mitad del rodaje de ‘El sueño eterno’ llamaron a Faulkner, autor del guión, para que aclarara quién había asesinado al chófer. Nadie, ni el propio escritor, tenía ni idea. Al fina y al cabo, ni siquiera en la vida todo tiene una explicación.
De nuevo, como en muchas de sus películas, el final, no diremos cuál, se antoja desesperado, profundamente melancólico…
¿Llorar agotado? Quiza tenga razon. No se por qué las películas me salen así. En el cine todas mis historias son desesperadas y algo tristes. Sin embargo, mis novelas son muy optimistas y llenas de esperanza.

Un director de fotografía irlandés es tan raro como un astronauta irlandés

Además de una entrevista ha dicho que su verdadera vocación era la escritura…
Soja irlandesa. Cuando yo empecé a hacer cine no existía algo así como el cine irlandés. Si creces en Dublín, todo lo que te rodea son referencias literarias. ‘Retrato de un artista adolescente’ o ‘Ulises’ componiendo el paisajismo de la ciudad ante los propios edificios. En Irlanda no hay arquitectos o pintores, la escritura es el único recurso probablemente porque es un arte para pobres. E Irlanda es pobre. Non ahora, pero lo ha sido toda su historia. Un cineasta irlandés es tan raro como un astronauta irlandés. Recuerdo que cuando me refirieron como director de cine, la comunidad de escritores se avergonzó de mí. Era como renunciar a un sacerdocio, al sacerdocio de la literatura. Y quizás me dedique al cine para escapar de este ambiente tan cerrado. Y quizás por todo ello mi cine es tan inclasificable y diverso. Para mí el cine era como meterse en una casa llena de habitaciones todas diferentes entre sí. Una es un musical, otra una comedia, otra una historia de amor… He hecho dos películas de vampiros, otra de un hombre lobo, otra romántica… En Europa se me toma por un cineasta americano y en América, por europeo .
En este empeño por romper normas, me viene a la memoria ‘juego de lágrimas’, el primer drama trans nominado al Oscar.
Antes de esta película, ‘Mona Lisa‘fue todo un evento por plantar algo tan inocente como una relación romántica entre un hombre blanco y un hombre negro. Recuerdo que en Estados Unidos eso causó gran revuelo. Con ‘Juego de lágrimas’ lo que sucedió es que el productor Harvey Weinstein no quería que el papel de ella, de la novia del soldado, lo interpretara un hombre. Estaba convencida de que causaría un shock en la audiencia. Pretende reemplazar a Jay Davidson con Cathy Tyson. Me negué y ahora misma la película sería incomprensible si hubiera cedido. En cualquier caso, hoy sería imposible que un hombre gay no trans como Davidson diera vida a una mujer trans.

Que un hombre gay no trans dé vida a una mujer trans hoy sería imposible [por ‘Juego de lágrimas’]

¿Qué es-lo que más la atención de su paso por Hollywood?
Más que el puritanismo en cuestiones de sexo, lo más llamativo era el racismo latente. Recuerdo que los mejores actores en aquella época eran todos negros. Hablo de gente como Wesley Snipes o Denzel Washington. Pues bien, siempre qu’empañaba en contar con ellos, salía algún jefe de casting qu’attaba quitarme l’idée de la cabeza por todos los medios. Y si protestaba y exigía que dijeran claramente que no me dejarían contratar a un actor afroamericano, decía que no era eso, que simplemente querían darme otras opciones. Será una actitud claramente racista que se descuide en reconocer. Es lógico que ahora se viva una reacción contra esa actitud porque realmente era sangrante.

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By Betania Malavé