
Una multa récord de más de 400 millones de euros dictada contra los laboratorios suizos Novartis y Roche por la Autoridad de Competencia ha sido cancelada por el Tribunal de Apelación de París, anunció el jueves 16 de febrero. Los dos laboratorios habían sido sancionados en 2020 por la Autoridad de Competencia por “prácticas abusivas” dirigida a preservar las ventas de un fármaco ampliamente recetado en oftalmología, en detrimento de otro treinta veces más barato.
Este fármaco, Lucentis, desarrollado por la estadounidense Genentech y fuera de Estados Unidos por Novartis, se utiliza para tratar la degeneración macular (DMAE), la principal causa de discapacidad visual en personas mayores de cincuenta años en los países industrializados.
Los médicos se dieron cuenta de que otro fármaco de Genentech, el medicamento contra el cáncer Avastin, tenía efectos positivos en la DMAE y comenzaron a prescribirlo a pesar de no tener una autorización de comercialización para esta enfermedad (MA emitida por las autoridades sanitarias a petición de los laboratorios). O Avastin comercializado -por la suiza Roche fuera de Estados Unidos- a un costo 30 veces menor que Lucentis.
La Autoridad de Competencia había demostrado que para proteger sus intereses, los tres laboratorios habían acordado denigrar el uso de Avastin en oftalmología, tanto entre los profesionales de la salud como entre las autoridades públicas.
“Sin comportamiento excluyente”
Novartis, que fue acusada de haber realizado una campaña de comunicación para desacreditar el uso de Avastin en oftalmología entre 2008 y 2013, había recibido la sanción más alta, 385 millones de euros. Roche y Genentech habían recibido conjuntamente una sanción de más de 59 millones de euros.
Contrariamente a la Autoridad de Competencia, el Tribunal de Apelación de París consideró que a partir de 2011 y la entrada en vigor de la nueva legislación, Avastin debería considerarse fuera del mercado para el tratamiento de AMD. la justicia infiere “ningún comportamiento excluyente” no se podía criticar durante un período en que Avastin y Lucentis «no puede competir válidamente».
Además, reveló que la comunicación del grupo Novartis, durante el período en cuestión, había sido «considerado en su tonelada» y no había sido denigrante, y la de los grupos Novartis y Roche «no era alarmista o incluso engañoso».
Finalmente, consideró que la conducta de bloqueo de Roche, que se había negado a proporcionar las muestras de Avastin solicitadas por las autoridades sanitarias para iniciar un estudio científico, no podía tener un efecto anticompetitivo.