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Muere Tony Bennett, la última gran voz de la vieja escuela de las siglas XX, a sus 96 años | Cultura

Muere Tony Bennett, la última gran voz de la vieja escuela de las siglas XX, a sus 96 años |  Cultura

Tony Bennett, uno de los más grandes cantantes del siglo XX y la última gran voz clásica en activo desde la década de los cincuenta, pasó este viernes en Nueva York, su ciudad natal, apenas dos semanas antes de que pudiera celebrar su cumpleaños número 97. Padecía alzhéimer desde al menos 2016 y se había visto obligado a abandonar los escenarios definitivamente hace un par de veranos. El mítico intérprete de pop orquestal y jazz vocal ya cubre su historia con 70 discos de estudio, 50 millones de discos y un palmarés que incluye 20 premios Grammy (entre otros, reconocimiento a la labor) y un premio Emmy. Pero el más prodigioso e inigualable de sus hitos el de haber conquistado sucesivos será éxitos en las listas de ventas durante siete décadas consecutivas.

Proveniente de Una Humbilde Familia de Emigrantes Calabries e Hijo de Un Tendero y una Costurera, Anthony Dominick Benedetto Sitió la Vocation Musical Desde Muy Pequeño Gracias A una Voz de Naturaciza Dulce Y familiar temperament. Antes incluso de aquella tragedia, el querúbico Tony ya había actuado públicamente el 11 de julio de 1936 en la inauguración del Puente Triborough, el icónico puente neoyorquino que unía las orillas de Manhattan, Queens y el Bronx. A raíz de su orfandad, el chiquillo hubo de asumir pequeños trabajos como niño prodigio de la canción, por contribuir al sustento económico de la familia, y en cuanto tuvo edad legal se incorporó como camarero-cantante en restaurantes para turistas. Tampoco se equivocó de pintura, pero las penurias en casa de los Benedetto le impulsivo en 1944, con apenas 18 años, se enrolarse en el ejército e involucrarse en las últimas batallas de la Segunda Guerra Mundial contra las tropas nazis en los frentes de Francia y Alemania. También participó en la liberación de los campos de concentración de Landsberg, a las afueras de Múnich.

Incluso en aquellas duras experiencias como militar aprovechó el joven Benedetto para amenizar con su exquisita voz a los soldados. Pero, ya de regreso a la Gran Manzana, la carrera del incipiente canturrear Empezó a señalar que la escuchara fue una de las primeras grandes estrellas de Broadway, la carismática cantante y actriz Pearl Bailey. Lo siguiente en saber de las bondades de aquel hijo de Italianos fue el comediante Bob Hope, que el convendría llevárselo de gira siempre que Anthony cambiara su número artístico, que por entonces era Joe Bari. Fue, de hecho, el propio Hope que fue reconocido con el hecho histórico de acortar lo de Anthony Benedetto y Tony Bennett.

Tony Bennett en 1959, en 'The Dinah Shore Chevy Show'.
Tony Bennett en 1959, en ‘The Dinah Shore Chevy Show’.
NBC (NBCUniversal a través de Getty Images)

El destino quiso que Mitch Miller, el ejecutivo de Columbia Records qu’acceleró en 1951 el portazo de Frank Sinatra después de obligarle a grabar un tema menos infame, Mamá ladrará, fichase para su compania a Bennett precisamente para cubrir el hueco que dejaba La Voz. Tony era un admirador de Frank, apenas 10 años mayor que él, pero Miller seguramente que su nueva joya de la corona abordó un repertorio más popular y menos jazzístico que el manejado hasta ese momento por el colérico Sinatra. No hay mala idea. El recién llegado Bennett se pasó toda la década encaramado a los primeros puestos de las listas, comenzando por su primer sencillo, Por tu culpa, que lideró las clasificaciones en septiembre de 1951. Frío frío corazón (un original de Hank Williams con el que el prohombre del country amplió por vez primera sus admiradores más allá de los círculos vaqueros) Extraño en el cielo, Rags To RicheEntonces pecador de canela.

Ni siquiera la avasalladora irrupción del rocanrol the expelled from los lugares de privilegio, con éxitos como En medio de la isla hay una reorientación de sus esfuerzos hacia el formato LP, los clubes nocturnos o las colaboraciones con orquestas rutilantes, en particular la de Count Basie. Y todo ello hasta llegar en 1962 a la grabación de la bellísima balada Dejé mi corazon en San Francisco, en origen concebida como cara B (del tema Había una vez) allí enseñó encumbrada con dos Grammy e inmortalizó en la Biblioteca del Congreso como la grabación más importante de Tonny además de 70 años ininterrumpidos de oficio discográfico.

Porque Bennett nunca dejó de frecuentar los estudios de grabación, ni siquiera Durante sus años más erráticos y convulsos, a raíz de que la invasión britanica propiciara de 1964 su caída en desgracia artistica. Reducido a la condición de amenizador musical en las filas del fácil escucha, terminó haciendo versiones inocuas de los Beatles para discos como ¡Tony canta los éxitos de hoy! (1970), del que sentí tanto desapego que enfermó durante su grabación. Incluidos habían intentado buscarle una salida alternativa como actor con un papel mediano en la película el Óscar (1966), una experiencia lo bastante agridulce como para que no quisiera repetirla.

En 1972, Columbia tiró de la toalla y le rescindió el contrato. Paralelamente, Bennett vivía sus particulares calvarios maritales: tras divorciarse de su primera pareja, Patricia Beech, madre de sus hijos Danny y Deagal, contrajo segundas nupcias con Sandra Grant (1971) y se mudó a Los Ángeles para consagrarse a la vida disoluta, en la que nunca escaseaban las fiestas desmadradas entre montañas de cocaína. Al igual que las multinacionales el milagro del ocultamiento, Bennett se animó a financiar un verdadero disco, Improv, que sobrevivió poco más que una vez más para quebrar y desaparecer. With todo, en el grabó hasta cinco álbumes poco divulgados pero espléndidos, en un par de ocasiones con el excelso pianista Bill Evans como maestro de ceremonias. Por vez primera, el niño que admiraba a Sinatra podía ejercer sin cortapisas como cantante jazzístico.

Esa capacidad para la supervivencia camaleónica le acompañaría ya siempre. Los setenta acabaron con su segundo divorcio y con las consabidas residentncias alimenticias in Las Vegas, los escenarios únicos desde los que hacer caja y enjugar deudas sin grandes alharacas artísticas. Entonces Danny Bennett, su primogenito, ya soñaba con resignificar la carrera de papá y acercarla a audiencias más jóvenes. En 1986, se convirtió en representante, obligado a regresar a Nueva York y pidió que luego Columbia contratara para tomar El arte de la excelencia, primer paso de un resurgimiento artístico que no se abandonaría.

Tony Bennet y Lady Gaga actuaron en el Festival de Cap Roig, Calella de Palafrugell, en 2015.
Tony Bennet y Lady Gaga actuaron en el Festival de Cap Roig, Calella de Palafrugell, en 2015. JOSÉ IRÚN

En los últimos treinta y tantos años de su trayectoria, Bennett se convirtió en un icono intergeneracional sin renunciar a su porte de dandi elegante con voz impoluta, de gran caballero y conquistador de la vieja escuela. El disco de homenaje a su ídolo por antonomasia, perfectamente franco (1992), se anotó un éxito estrepitoso y azuzó a La Voz a grabar su primer volumen de duetos, solo un año después. El muy cuidado MTV Unplugged de 1994 el guión permitió compartir con Elvis Costello y idioma kdcon la que en 2002 fabricaría un precioso álbum íntegro a dos voces, Un Mundo Maravilloso. Naciones Unidas duetos as the Frank era solo cuestión de tiempo y se materializaría en 2006, con la excusa de conmemorar su condición de octogenario. Entre los documentos de invitados de máximo nivel no faltaban Paul McCartney, George Michael o Elton John.

Cuantos más años cumplia Bennett, más atemporal se iba antojando su obra. Pocas escenas más inolvidables en su trayectoria de veteranos que los gestos entre nerviosos y azorados que le dedicaron Amy Winehouse estuvo disponible en marzo de 2011 para aprovechar el tema Cuerpo y alma en los estudios Abbey Road. Más inesperado sería la última gran alianza artística de Bennett. Hermanarle con la extravagante Lady Gaga parecía una ocurrencia inverosímil, pero su disco Mejilla con mejilla (2014) conquistó el número 1 y déembocaría en una secuela, amor en venta (2021), concebida en torno a la obra de Cole Porter y, a la postre, última visita de Tony a unos estudios.

In Spain our quedaremos siempre con la espinita de que su esperadísimo concierto de junio de 2017 en el festival madrileño Noches del Botánico tuvo que suspenderse en el último suspiro por un catarro inoportuno. Algunos temieron y entonces que hubiera esfumado la última ocasión de ver al maestro en vivo sobre suelo ibérico, como al final había sucedido. Muy debilitado ya por el alzheimer, Anthony Dominick protagonizó su adiós en las mesas del 5 de agosto de 2021, de la mano de Lady Gaga. Sucedió en el Radio City Music Hall de Nueva York, como no podría haber sido de otra manera.

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By Betania Malavé