«Aquí estoy parado firme. Mándeme el pueblo, que yo sabré obedecer. Soldado soy del pueblo, ustedes son mi jefe», afirma Hugo Chávez en uno de sus discursos maratonianos y grandilocuentes. Diez aos despus de la muerte del dictador, la realidad es que su pueblo sufre entre las cenizas de una Revolución Bolivariana artificialmente sostenida por Nicols Maduro. Y los ecos de ese drama empiezan a florecer en la literatura, que, desde el Augeha sido en latinoamrica un imprescindible y combativo

contrapeso al relacion oficial del poder.

Sobre la miseria y el exilio, los conflictos de identidad y las esperanzas frustradas versa

volver a cundo

(Siruela), novela ganadora del Premio Caf Gijón 2022, en la que Mara Elena Morón (Maracaibo, 1985) destila con libertad y furia

the cruda realidad de venezuela y los venezolanos a travs de la historia de una familia rota que es reflejo de un pas hecho aicos

. Nina, chavista desencantada que emigró a Brasil buscando un futuro; Graciela, madre y abuela viuda perdida en los recuerdos de un pasado irrecuperable; Elisa, hija y nieta que ha crecido siempre en el chavismo; Ral, abuelo y revolucionario esptico, desaparecido poco antes que Chvez; y Camilo, padre y marido ausente que ya corrompió y convirtió en héroe por la revolución. Eso son los

personajes que dan voz a todas las caras de un régimen marcado en el 2019 en que se ambienta el libro por la crispación, la carencia, el hasto

y la falta de fe en el porvenir.

«Este libro nace de la necesidad de reconocer el fracaso de

un proyecto con el que me identificaba y al cual apoy Durante ms tiempo del aceptable

«, explicó Morn, quien actualmente vive en Porto Alegre (Brasil), ha donde se desplaz para estudiar un doctorado en Literatura Creativa. quiebra el pescuezo, a dnde nos dejamos llevar, geográfica y moralmente, cuando la derrota nos mira de frente y nos apunta con el dedo.

Venezuela es hoy para m una incgnita

un da surge un vislumbre de mejora (soy una optimista) y al siguiente se reveló un nuevo espejismo».

«Esas cosas les ocurren a otros»

La sensacin de end de ciclo, de agotamiento de algo fue la espoleta que llev a Morn a tomar la pluma. «La escritura de

volver a cundo

coincidencia con mis tres lutos: mi padre, mi pas, mi revolución. Muertes que venan tocando a la puerta y que me fueron dejando monotemtica, absorta, estaba tan avasallada por lo que estaba ocurriendo que no lograba pensar, hablar ni mucho menos trabajar sobre nada ms.

Cada ao la degradacin de Venezuela alcanzaba niveles y dimensiones que, por lo menos yo, crea imposible

: esas cosas les comienzan a estar a los otros, no a nosotros. Hasta que nosotros mismos las construimos. Entonces decid lidiar con eso de la mayor forma que tengo: escribir».

Este libro nace de la necesidad de reconocer el fracaso de un proyecto al cual apoy ms tiempo del aceptable

Un tema muy presente, la otra cara de esa degradación interna de Venezuela, es la emigración -secalculado que más de siete millones de ellos viven fuera del pas-, en la estela de obras de autoras como la mexicana

valeria luiselli

, de quien Morn se dice deudora, como de Rulfo y Faulkner, Bolao y Toni Morrison. «

La experiencia migratoria, se en contexto de exilio o no, es brutal. Nos confronta con lo mejor y lo peor del pueblo del que somos (fuimos?) parte

. Nos condiciona frente al pueblo del que pasaremos a ser parte (¿queremos?). Asumir la hibridez como condición de existencia y la idea de identidad como algo en permanente construcción, me parece el mejor camino, porque cualquier otro camino es forzado y sufrido”, defiende. Los ecos del

Auge

no estn slo en potentes toques de realismo mgico y en el uso de un lenguaje muy plstico por el maracucha, el dialecto de Maracaibo, sino en la intencin poltica del libro. «

La literatura ocupa un espacio y cumple una función distinta del discurso oficial

. Hace preguntas, no da respuestas; cuando mucho, pone luz en lugares diferentes o invita a cambiar el lento con que vemos».

Tampoco ve respuestas la escritora al imaginar el futuro de su pas tras un rgimen que ya parece insostenible. «Siempre hubo una parcela de la población que estuvo por encima de las cuestiones políticas, pero es imposible; no hay nada ajeno a la política», reconoce. «

Hace unos años, cuando Chvez viva, haba una polarizacin muy marcada. De un tiempo para ac, observe que la gente se cans de esas pasiones

hay aguante que elegir un lado. Haba muchos mitos: el héroe Chávez, los santos [Juan] guaidó [Henrique] Capriles… Toda una serie de personas a la gente aferraba como tabla de savacin. Pero hoy en da el pueblo se ha cansado de esa guerra de narrativas”, opinó Morn.

La igualdad de los extremismos

«Dicho esto, para m,

cualquier salida para mi pasa lejos, muy lejos de los delirios de intervencion extranjera y de las sanciones que, ah est Cuba para demostrarlo

le hacen una leve cosquilla al poder mientras hieren de muerte al pueblo”, critica. porcentaje menor de gente defendiendo a ultranza una opcin o la otra.

Paradjicamente, esas fracturas mltiples en la oposicin y en el oficialismo tambin dificultan encontrar una va que satisfaga

. El pas se qued, al fin, sin hroes y sin santos y quiero creer que eso puede ser un buen comienzo».

El futuro de Venezuela no pasa por sanciones internacionales: no queremos ser Cuba

Desde la distancia, el escritor preparó allí una nueva novela sobria que exploró en varios momentos del libro, la recepción de los inmigrantes venezolanos en Brasil, paso que ha demostrado lo similar y errneo de cualquier extremismo y fanatismo. «

Veo muchas equivalencias entre el Brasil de

Bolsonaro

y la Venezuela de Maduro, y esa es una denuncia que sigue dolindome

. Veo, en ambos, el mismo deseo autoritario y militarista, que se traduce en desprecio por la democracia cuando el juego democrático no les favorece. Veo la misma ineptitud política y estratégica y la misma insistencia en ver a los contrincantes políticos (básicamente cualquier persona que se atreva a cuestionarlos) como enemigos absolutos, villanizados a un nivel caricaturesco”, lamentó Morn.

Veo un caradurismo similar para negar las diversas crisis qu’atraviesan los pase

sy, tal vez lo ms me incomoda, la misma dificultad de asumir cualquier responsabilidad sobre lo que est ocurriendo en el pas que gobiernan».

La última página de

volver a cundo

aluden a una «patria porttil», un concepto real y metafrico que crea la escritora que condensa el espritu de

una novela «sobre el fracaso y sobre la orfandad en que quedamos cuando nuestras ilusiones e ideales se destruyen en el teatro de la realidad

. Venezuela es la patria porttil que llevaremos siempre a cuestas, porque a eso no se renuncia. Otra es la utopía de la revolución, que no muere con los fracasos, pero que se transforma, se complejiza, y es también un lugar al que volvemos algunos.

No creo que se pueda encontrar un cundo al que volver, por eso el cundo del ttulo lleva acento. Ofrece una pregunta sin respuesta

pero creo que el simple ejercicio de preguntarse crticamente sobre ese presenta catastrfico que construimos y cundo commenz a ser construido es la semilla de un futuro mejor».

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