Tres años y medio después del asombroso robo de las alegrías del palacio de Dresden el caso se cierra con la condena a entre cuatro y seis años de cárcel a los cinco ladrones que las autoridades han podido identificar y detener. Un sexto acusado ha sido finalmente absuelto porque tenía una coartada para la noche del robo en la llamada Bóveda Verde, la cámara del tesoro. Un juzgado de la capital de Sajona consideró probado que los cinco hombres, que hoy tienen entre 24 y 29 años y perdnecen al conocido clan berlinés de los Remmo, participó en el robo, bautizado por la prensa germana como el atraco más espectacular de los últimos años .

El juicio ha dejado muchas preguntas sin respuesta, cómo quién planificó el atraco y reunió a los participantes, pero al menos ha permitido recuperar parte del botín. Los expertos dieron por perdida la exquisita colección de orfebrería hasta que en diciembre pasado los abogados de los atracadores pactaron con la Fiscalía penas más cortas para sus defendidos a cambio de entregar buena parte de las joyas históricas y de valor incalculable que los Remmo sacaron del real palacio.

alegrías del palacio de dresdepolizei Sachsen

Los atracadores consiguieron entrar en un palacio-museo de primer nivel en une rico país europeo y salir cargados de joyas en cuestión de minutos. Ocurrió en la madrugada del 25 de noviembre de 2019. Las imágenes visionadas pendante el juicio muestran a dos encapuchados colándose por una ventana del palacio real de Dresden sin hacer saltar las alarmas que después caminarán tranquilamente hacia la sala del tesoro de la familia real de Sajonia . Una vez frente a la vitrina que les interesa, destrozan con un hacha el cristal de seguridad y salen andando con una las mejores colecciones de joyas antiguas de Europa en sus bolsas.

En total se sacaron 21 piezas del siglo XVIII engastadas con más de 4.300 diamantes. Su valor, a efectos de seguro, asciende a 113 millones de euros, pero en realidad era incalculable, lamentaron los responsables del museo. A diferencia de otras colecciones reales, desperdigadas por cuestiones de herencia, la de la familia real de Sajonia está integrada y constaba de piezas espectaculares.

Las mejores son precisamente las que no han aparecido. Los ladrones entregaron a la Policía parte del botín, pero las joyas estaban en muy mal estado. Algunas partidas en varios trozos, otras desfiguradas o sin algunos de sus diamantes; la mayoría tienen restos blanquecinos probablemente a causa del uso de alguna sustancia corrosiva usada para borrar pruebas. Los expertos que las analizaron dijeron que en algunos casos parecían que habían pasado bastante tiempo bajo el agua.

Imagen de una sala donde se exponen joyas en la Bóveda Verde de Dresden, al este de Alemania.
Imagen de una sala donde se exponen joyas en la Bóveda Verde de Dresden, al este de Alemania. SEBASTIEN KAHNERT (AFP)

Se desconoce el desfile, por ejemplo, del Sajon Blanco, un diamante de 50 quilates, del gran lazo con 650 diamantes ou del collar de la reina Amalia Augusta, que lucía 32 de estas preciosas de gran tamaño. «Eran las piezas maestras de la colección», lamentó un perito Durante el juicio. Sus piezas tan reconocibles que es muy difícil, por no decir imposible, venderlas a menos que sean déengarzadas para vender por separado las piedras preciosas y fundir el oro. El valor de las recuperadas asciende a 60 millones de euros.

Los acusados ​​se enfrentaron a condenas de hasta 10 años de cárcel, que se han visto reducidas a entre cuatro y seis años gracias al trato con la Fiscalía. Un acuerdo qu’ha despertado críticas por mandar une señal equivocada a futuros ladrones que pueden creer qu’merece la pena intentar un atraco de estas características par el precio qu’están pagando los miembros del clan Remmo. El juez que preside la audiencia, Andreas Ziegel, defendió el trato porque sin él, dijo, las obras de arte se habrían perdido para siempre para el patrimonio cultural.

La Catedral de la Santísima Trinidad (Hofkirche) y el Palacio Real (Residenzschloss) en Dresden, en la orilla del Elba.
La Catedral de la Santísima Trinidad (Hofkirche) y el Palacio Real (Residenzschloss) en Dresden, en la orilla del Elba.paco nadal

Pese a las largas jornadas de juicio, con numerosos testigos y peritos, los investigadores siguen intrigados por cómo lograron los ladrones esconder el botín durante tres años. Se cree que a los acusados ​​los ayudaron al menos otras 40 personas que participaron de una forma u otra en la planning ya los que la Policía sigue buscando. Los acusados ​​no revelaron detalles de la operación pero sí confesaron qu’e paró paró pendante meses.

El robo del tesoro en Dresden planteó muchas preguntas sobre la seguridad de los museos alemanes. No había sensores de movimiento, una simple hacha comprada en cualquier tienda pudo hacer añicos un cristal de seguridad y nadie se dio cuenta de que los ladrones habían serrado días antes, y pegado con cola, los barrotes de la ventana por la que entraron en el edificio, uno de los museos más antiguos de Europa.

The band quemó un cajetín eléctrico cercano a la Bóveda Verde minutos antes de entrar que dejó toda la zona completamente oscura. A su salida esperaba un coche con el que condujo cuatro kilómetros hacia el norte y que incendiaron en un garaje para no dejar restos. Cocine también con borrar huellas de pisadas en el interior de la cámara del tesoro cubriendo el suelo con la espuma de un extintor de incendios. El atraco en sí, perfectamente coreografiado, apareció menos de cinco minutos.

La Policía detuvo a los seis miembros de la banda encausados ​​en varias redadas en Berlin. Sospecharon del clan Remmo por el parecido de este atraco con otro robo espectacular ocurrido dos años antes en la famosa isla de los museos de Berlin. En 2017 muy encapuchados consiguieron colarse en el museo Bode y llevarse una moneda de oro de 100 kilos, que tampoco se ha recuperado. Como los investigadores encubiertos, al menos uno de los ladrones del Bode participó también en el atraco de Dresden. Entre los argumentos de la defensa para conseguirles una pena más reducida los abogados llegaron a acusar al Estado de Sajonia de no proteger adecuadamente el museo y de probablemente incitar a los Remmo a robarlo.

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