Un futbolista negro vuelve a ser el blanco de los aullidos racistas de una masa sin rostro de simpatizantes hostiles. Se suceden reacciones oficiales compasivas, luego sanciones simbólicas, y se reabre y remite un debate sobre el racismo en el fútbol en el espacio de unos días. La secuencia que siguió a los ataques racistas de la afición del equipo romano de la Lazio contra Samuel Umtiti, el defensa francés del Lecce, campeón del mundo en 2018, durante el partido entre ambos equipos, el miércoles 4 de enero, abrió un episodio adicional y tristemente banal. en una historia interminable. Así continúa la letanía de actos racistas -sin precedentes en Europa occidental- que sufren los jugadores afrodescendientes del campeonato italiano de fútbol y, más en general, los deportistas negros, extranjeros o italianos, que juegan en la Península.
Cedido por el FC Barcelona al Lecce desde 2022, Samuel Umtiti había terminado su partido victorioso pero entre lágrimas. Se había negado a interrumpir el encuentro propuesto por el árbitro, ya que su compañero zambiano Lameck Banda también había sido blanco en la primera parte del partido de los gritos racistas de la afición de la Lazio. Se sabe que el club romano tiene entre sus seguidores una fuerte minoría de ultras que se adhieren a una subcultura de inspiración fascista. Sin embargo, es solo la parte avanzada y visible de un fenómeno que nada parece haber hecho retroceder en Italia desde hace varias décadas.
Se trata de disciplinas distintas al fútbol. El calvario de Paola Egonu, jugadora profesional de voleibol italiana, víctima de un acoso racista, sexista y homofóbico permanente que la llevó a plantearse dejar la selección nacional, marcó el debate público durante unas semanas, en octubre, antes de caer en el olvido. Más recientemente, el jugador de rugby italiano Cherif Traorè, de Benetton Rugby Treviso, decidió hablar en las redes sociales tras el último acoso racista que sufrió. Cuando se acercaba la Navidad, uno de sus compañeros de equipo le ofreció de forma anónima un plátano podrido.
Pero es en el mundo del fútbol, deporte nacional y fenómeno cultural de masas en Italia, donde se concentra la gran mayoría de los actos discriminatorios. En su informe sobre la temporada deportiva 2021-2022, la Oficina Nacional contra la Discriminación Racial de la Presidencia del Consejo de Ministros reveló que el 78,7% de los casos documentados se referían al fútbol.
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