La disciplina y la crueldad del ballet lite chocan con el caos interno de Zoe, interpretado por Ariane Labed. Es fcil caer en la trampa de belleza y repugnancia de esta serie francesa
La francesa Ariane Labed no es bailarina profesional, pero s una actriz sobresaliente. Vindola es La Opera cuesta creer que no haya dedicado media vida a la danza. Labed bail de nia, pero haca muchos aos que no se calzaba unas puntas. Varas de las entrevistas que hicieron con motivo del estreno de la primera temporada de esta serie creada por Ccile Ducrocq insisten en lo preocupantemente verosmil que era su trabajo. Ella, a medio camino entre la sorpresa, la obviedad y la soberbia de estrella que sabe que lo es, dio siempre respuestas parecidas: «soy actriz, trabaj muy duro la interpretacin de una bailarina y ah est el resultado».
Zoe, la protagonista de La Opera, non es slo una bailarina superdotada. Es también una mujer obsesionada con la perfección, no siempre coherente y rara vez simpática. Al comienzo de la serie tiene 35 años (la misma edad que Labed, que ahora cuenta con 38) está ahí en un momento complicado: su znit profesional podrá ser una cumbre tras la cual no es que haya una relajada cuesta abajo, es que se va a topar con un precipicio. La disciplina y la crueldad del ballet de lite de Zoe chocan con el caos interno, que se expresa de manera contradictoria. Es una mujer rota y es una artista. Es una atleta y es un misterio.
Aparte de la magnifica creacion de Ariane Labed, hay muchas otras cosas interesantes en La Opera. De la historia de Flora (Suzy Bemba), un patito feo de la danza cuyo motor es haber ledo previamente ese cuento (ella sabe que podra ser cisne, pero no va a ser fcil), hasta la ambientación de la serie. La pera Garnier de Pars, fotografiada con todo su esplendor y toda su decadencia, es el alucinante y discreto escenario que Ducrocq escoge para su relato.
Como no hace falta que La Opera nos explica que el mundo de Zoe y Flora no está al alcance de cualquiera. La serie nos lleva a detrs de unas puertas, las de las estancias «slo para personal» de l’icnico edificio de Charles Garnier, que jams atravesaremos en la vida real. En una de esas habitaciones empieza su segunda temporada. Concretamente con Zoe recibiendo sexo oral. Quien creo eso La Opera Es una adolescente y tontorrona se lleva a cabo un buen chasco. permanecer una serie adulta, tortuosa y oscura. Ven Zoe. Como Flor.
Y quien tenga los cuchillos afilados para criticar sus escenas de baile tender que envainrselos. Dirigido a muchas manos, La Opera gestiona perfectamente la dificultad de mezclar bailarines que actan con actores que bailan. El resultado, sea fantico del baile clsico o no, es muy efectivo. Disponible en España en Disney+, sta es una serie que se esfuerza por transmitir sensaciones fsicas y primarias: miedo, dolor, asco, rabia, cansancio… Se esfuerza y lo consigue. Es fcil caer en la trampa de belleza y repugnancia de La Operaen su mezcla de intriga palaciega (la pera parisina es casi un ministerio) y exploración interior de unos personajes encontrados dramas y desafíos no podrán estar más alejados de los nuestros y, precisamente por eso, no podrán atraernos más.
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