La muerte de François Roussely, exjefe de EDF

Alto funcionario, descentralizador, director general de la policía nacional, experto en defensa nacional, director general de EDF y, por último, banquero de inversión… François Roussely habrá tenido varias vidas desde que dejó la ENA (promoción Pierre-Mendès- Francia), en 1978. Este hombre discreto e influyente muere a los 78 años tras una larga enfermedad. Fue el grupo eléctrico, del que fue consejero delegado entre 1998 y 2004, el que anunció su fallecimiento el jueves 12 de enero, cuando formaba parte del“tremenda tristeza” de la empresa.

» Servir « fue una de las palabras clave de este arquetipo del «gran empleado del estado», nacido el 9 de enero de 1945 en Belvès (Dordogne), en el corazón del Périgord noir, de madre maestra y padre agente técnico en EDF. De este sudoeste natal, había conservado el gusto por el rugby y sus productos locales. El joven funcionario es socialista. La izquierda instalada en el poder en 1981, participa en la reforma de la descentralización en el gabinete de Gaston Defferre. La suite está marcada con el sello real, a la sombra de Pierre Joxe, Ministro del Interior. Dirigió su gabinete en 1985, luego en 1988-1989, antes de ser nombrado director general de la policía nacional. Una década difícil, donde la izquierda debe ser aceptada en un ambiente policial que le es muy hostil.

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Continuó su carrera como Secretario General de Administración en el Ministerio de Defensa (1991-1997), incluso bajo el gobierno de Alain Juppé, antes de dirigir el gabinete del Ministro de Defensa, Alain Richard, durante unos meses. Largos años de aprendizaje de los misterios de la fuerza de ataque y la reestructuración de las industrias de armamento, antes de sumergirse en la complejidad de la energía nuclear civil. En 1998, el primer ministro, Lionel Jospin, lo nombró jefe de EDF, mientras el grupo se veía sacudido por una guerra abierta entre su presidente y su director gerente.

Cambio de estado de la empresa

El programa de energía nuclear está completo, 58 reactores están en servicio y François Roussely busca abrir el gigante tricolor internacionalmente. Con suerte variable, ya que debe empezar a consolidar los gastos de aventura de EDF en Argentina y Brasil. Está dirigido principalmente a Europa, donde se acelera la apertura del mercado, vinculando la adquisición de las británicas London Electricity y Eastern Electricity, y la adquisición del 45% de la alemana EnBW. Pero la OPA hostil de Montedison es otra cosa, y EDF controlará la número dos de la compañía eléctrica italiana recién en 2011, tras estrechas negociaciones con Roma.

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