“Acabamos de tener tres años horribles. » Mike Hawes, director de la Sociedad de Fabricantes y Comerciantes de Motores, que representa a la industria automotriz británica, no intenta disimular la situación. En 2022, según las estadísticas publicadas el jueves 26 de enero, 775.000 vehículos salieron de las cadenas de montaje del país, la cifra más baja desde… 1956. Esto representa una caída de casi el 10 % en comparación con 2021, un año catastrófico en sí mismo. En comparación con 2019, antes de la pandemia, la caída es del 40%.
El motivo inmediato de la conmoción es compartido en todo el mundo: las dificultades en el suministro de repuestos, y especialmente de chips electrónicos. Hoy, en Reino Unido, para comprar determinados vehículos hay que esperar hasta un año en el peor de los casos.
Pero los males de la industria automotriz del Reino Unido son mucho más profundos, con serias complicaciones por el Brexit, un gran retraso en el cambio a vehículos eléctricos y un gobierno sin estrategia. “Vemos un aumento del proteccionismo en todo el mundo, con la Ley de Reducción de la Inflación en Estados Unidos [qui accorde des subventions pour les voitures électriques qui sont construites sur place] y Europa preparando una respuesta. El Reino Unido debe definir una visión para hacerle frente”alertar al Sr. Hawes.
Una sola inversión en una gran fábrica de baterías
El cierre de dos fábricas -una de ellas de forma temporal- ha afectado especialmente a la producción de vehículos. En el verano de 2021, la fábrica de Honda en Swindon, en el suroeste de Inglaterra, dejó de funcionar definitivamente. Esencialmente fabricó un modelo en declive, el Civic, incluidos los motores diésel, y requirió una inversión significativa para actualizarlo. En parte debido al Brexit, que hizo inciertas las relaciones comerciales con la Unión Europea (UE), la marca japonesa decidió en 2019 no continuar.
Por su parte, la fábrica de Vauxhall en Ellesmere Port (noroeste de Inglaterra) detuvo la producción del Astra, también un vehículo envejecido, en la primavera de 2022. Pero el fabricante -que pertenece a Stellantis- ha decidido invertir 100 millones de libras (113 millones de euros) para producir allí a partir de este año furgonetas eléctricas, en concreto Citroën ë-Berlingo. Este cierre temporal se aplica de acuerdo con las estadísticas de producción.
En el cambio a la electricidad, el Reino Unido se ha quedado atrás. Es cierto que el 30% de su producción ahora se refiere a vehículos eléctricos o híbridos. Pero el país tiene, por el momento, una sola inversión en una gran fábrica de baterías, llamada “giga-fábrica”la de Envision, que debería abrir en 2025, anexa a la planta de Nissan en el norte de Inglaterra.
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