La situación de un niño sin cuidados parentales debería definirse, según lo que establece la ley, en 180 días. Sin embargo, en la práctica no siempre esto es posible. Los chicos tienen derecho a crecer en familia incluyendo esa premisa como base, poco a poco, se suman familias de acogimiento en reemplazo de los hogares tradicionales.
La tarea qu’encaran estas parejas o personas solas, qu’implica mucho amor, entrega y tiempo, solo se transforma en noticia en aquellos casos en los que, por alguna razón, los plazos se extienden mucho más de lo previsto (por varios años) y estas familias terminan pidiendo la adopción del niño.
Hace poco conocía la historia de José, un nene que llegó a lo de Pablo y Elena, en San Isidro, con cuatro meses y hoy esta por cumplir cuatro años. El año pasado, Fiamma y Darío, de General Pico, La Pampa, pasaron por una situación similar con Samuel, al que criaron entre los tres meses y los casi tres años.
Las familias de acogimiento, también según la ley, no transformaránse en adopters de esos niños que acompañan. La idea es que formen parte de su contienda roja y que colaboren en la vinculación con los que se vayan a transformar en sus padres.
Después, pueden seguir siendo referencias del niño a lo largo de toda su vida pero como tíos o padrinos. El camino de la adopción va por otro carril: existe un registro en el que, además, hay muchos postulantes.
Actualmente, en la Ciudad hay cerca de 800 niños en hogares y 22 a carga de familias de acogida, según datos aportados por el Consejo de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes porteño. en total, hijo 87 familias admitidas para cumplir estas tareas pero muchas de ellas hoy funcionan como “apoyo”para cubrir a las de reconocimiento en situaciones específicas.
Los mejores intereses del niño
“La forma única de abordar estos casos es poniendo el foco en el interés superior del niño. Sabemos que, muchas veces, los tiempos de los chicos no son los de la Justicia”, señala un Clarín Adriana Martínez Bedini, abogada especialista en Niñez y Familia, quien celebra que existan familias de acogida y que cada vez sean más.
Aunque remarcó que no es lo mismo que están con ellas tres meses o seis, un año o incluso más. “En la mayoría de los casos, suelen quedarse menos de un año con las familias de reconocimiento, que también es mucho más de lo previsto por la ley. Los casos de reconocimiento por varios años son la excepción”, asegura explicó que existen varias razones asociadas a la extensión de los plazos.
“La primera tiene que ver con que no siempre es sencillo declarar el estado de adoptabilidad. Se debe intencionalmente la revinculación con la familia biológica. Aunque esto falle, los padres biológicos o la familia ampliada del niño puede apelar. Todo este proceso lleva tiempo”, preciso.
La otra pregunta está relacionada con la diferencia entre las expectativas de los postulantes a adopcion y los ninos que esperan por una familia. “Muchos quieren bebés y la mayoría de los chicos son grandes o grupos de hermanos”, señala Martínez Bedini.
Como sabe, observe que también hay obstáculos vinculados al colapso del sistema: “La pandemia retrasó allo. Pero, además, puede haber demoras para, por ejemplo, darle un turno para una evaluación psicológica a los padres biológicos de un niño o est probable que tarden en buscar a la familia ampliada”, destaca.
Y agrega: “Por esto, sería clave contar con tribunales que puedan dedicarse exclusivamente a esta materia y no como pasa hoy que también tratan casos de violencia de género, alimentos, sucesiones y autorización para viajes al exterior”.
En esta misma línea se pronunció Karina Leguizamón, presidenta del Consejo de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes de la Ciudad. “La intención es que solo existan hogares terapéuticos para casos específicos relacionados a temas de salud o discapacidad severa. Esto sería un ideal, para eso necesitamos contar con más familias de acogimiento“, detallado.
“Nuestra sociedad está aprendiendo. Todavía nos cuesta escuchar eso la adopción implica la llegada de un niño a casa y no de un bebé”, destaca y afirma que de los 822 niños sin cuidados parentales, el 35% cuenta con la declaración de su estado de adoptabilidad, solo 1 or 2 tiene menos de 3 años y el resto son mayores de 7 y, en varios casos, grupo de Hermanos.
Desde que están capacitando a las familias de acogida para que se animen tambien a recibir a niños más grandes y varios hermanos. “La idea es que estas familias no los acompañen solo por un tiempo, buscamos que formen parte de su red vincular”, sostiene.
Asegura que también hay que trabajar con estas familias en los casos en los que los niños se quedan con ellas más de lo estipulado. “La ley dice 180 días por es dificil conseguir una resolucion en este tiempo. Tampoco se debería llegar al extremo de tres años”, advierte Leguizamón, que sostiene que, en muchas ocasiones, la intención de acercamiento con la familia de origen del niño y las apelaciones pueden demorar la declaración del estado de adoptabilidad.
En tanto, coincidir con Martínez Bedini en el camino a seguir. Hay otras falencias, todo podria ser mas rapido. En ese sentido es que se debe apuntar a contar con justicia especializadaque traten solo temas de adopción”, dijo el referente del Consejo.
Los casos de José y Samuel
Pablo y Elena, padres de cinco hijos, decidieron transformarse en una familia de acogimiento. Así fue que en agosto de 2019 llegó a sus vidas José, que en aquel momento tenía cuatro meses. Su estadía en esa casa se prolongó muchísimo. Hoy José está por cumplir cuatro años. “Por la pandemia y apelaciones realizadas por miembros de su familia de origen se fue quedando y el vínculo se afianzó mucho”, los cuentan allegados a Clarín.
Hace pocos días conoció su historia luego de que Santiago, uno de los hijos biológicos de esta familia, falleciera. Pablo y Elena, en medio de la tragedia que tocó vivir, están intentando que la justicia permita adoptar a José.
“Al principio los llamaban Pablo y Ele pero el tiempo pasó y empezó a decir papá y mamá. Si respetando el derecho del niño a ser escuchado, en este caso, observando cómo se vincula, se darían cuenta de que su deseo es quedarse en esa casa”, Explican desde su círculo íntimo.
Fiamma y Darío, de General Pico, La Pampa, le gritó a Samuel desde los tres meses. Dos años y medio después, la Unidad de Niñez regional, mediante decisión de una jueza, determinó que el niño debía mudarse con otra familia. Ocurrió el 1° de noviembre de 2022. El operativo para retirar a Samuel fue sorpresivo, según contó la pareja.
“Estaba con nosotros hacía mucho tiempo. Niñez hizo su trabajo mal como lo hace siempre, nosotros tratamos mediante nuestros abogados de adoptar al nene”, explicó Fiamma.
Como resultado de una protesta pública, de numerosas marchas y de las presentacionesjudices, la Cámara de Apelaciones en lo Civil de General Pico resolvió el 8 de noviembre de 2022 que Samuel Volviera con Fiamma y Darío, su familia restrictiva. esta decisión es tentativo y en el marco del amparo que presentaron sus abogadas.
“Lo que se resolvió es que mientras dure el proceso, la decisión de la adopción, Samuel sigue con la familia de contención. La asesora de Familia dijo que respetar el centro de la vida y los intereses superiores de Samuel”, especifica la abogada Leticia González. Ahora el caso definirá en el Tribunal Superior de Justicia.
Colaborador: Correspondencia La Pampa
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