¡Ni Uber ni Twitter ni Facebook han sido sometidos al mismo régimen (autocrático) que la china Didi Global! American Big Tech no está bajo el control de un estado totalitario y un partido único omnipotente, solo bajo la mirada del Congreso. Dara Khosrowshahi, Elon Musk y Mark Zuckerberg pueden dormir mejor que Cheng Wei. Pero este último ahora puede esperar encontrar un sueño tranquilo.
El gigante chino de vehículos de pasajeros con conductor (VTC) anunció el lunes 16 de enero que había recibido luz verde de su regulador para la descarga de sus veinticinco aplicaciones prohibidas en China y el registro de nuevos usuarios.
El lanzamiento del “Uber chino” con acentos de autocrítica: “Nuestra empresa ha cooperado cuidadosamente con la revisión de seguridad cibernética del país, ha abordado los problemas de seguridad encontrados durante la revisión y ha realizado rectificaciones integrales durante más de un año. »
Cierra así un paréntesis abierto en junio de 2021. Pekín le debía entonces una multa de 1.200 millones de dólares (1.100 millones de euros); también le había obligado a abandonar la Bolsa de Valores de Nueva York, donde había recibido apoyo de BlackRock o SoftBank, hundiendo las acciones tecnológicas chinas en Wall Street.
Para este sector, todo empezó a finales de 2020, cuando el brazo financiero de Alibaba, Ant Group, tuvo que frenar de la noche a la mañana su enorme introducción en los mercados de Shanghái y Hong Kong. Los gigantes tecnológicos han sido sometidos uno tras otro por varias razones: amenaza a la seguridad nacional, posesión de más datos que el propio estado sobre la población, comportamiento monopólico, fragilidad de su modelo de negocios… Un camino para el partido- estado para recuperar el control que se le escapaba.
Devolver la confianza a los empresarios privados
La situación ha cambiado, especialmente desde el cese repentino de la política Covid cero a fines de 2022. Con un aumento de solo el 3% en el producto interno bruto el año pasado, el Reino Medio registró su peor resultado desde la muerte de Mao en 1976 ( excepto 2020).
Si el presidente, Xi Jinping, siempre pone la estabilidad política y el control de los 1.400 millones de chinos por encima de cualquier otra consideración, debe restaurar rápidamente la confianza de los empresarios privados, en particular los del sector tecnológico, si quiere lograr su ambicioso objetivo de 6,5 % de crecimiento este año.
La purga realizada en Alibaba, Tencent, JD. com o Didi parece completo, y el riesgo de una interrupción de su actividad desaparece. El primer ministro Li Keqiang también está seguro de que el gobierno está más abierto a las OPI, incluso en el extranjero.
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