El maniqueísmo epidemiológico ha querido que el relato sobre el colesterol se divide en bueno (HDL) y malo (LDL). Pero existe un “tercero en discordia” -que en realidad juega para el segundocuyo origen es genético y ha sido poco estudiado en las consultas de rutina.

Esta falta de conciencia se debe, en gran parte, a los eventuales niveles arriba planteados en las organizaciones que no responden a factores ambientales, alimentarios o de estilo de vida. Y tampoco existe aun a medicamento para combatirlo. Es decir, no es mucho lo que puede hacer hoy la medicina para frenarlo. Pero eso estaría en vias de empezar a cambiar.

heno ensayos clínicos en fase 2 y 3 de drogas que promete cambiar el curso de esta historia. Algunos de los ensayos se están realizando en la Argentina, pero la información se maneja con sumo hermetismo tanto por parte de los laboratorios involucrados como de los investigadores que los llevan tiene cabo.

El blanco terapéutico apunta a la lipoproteína (a) (Lp(a)). Se estima que el 20 por ciento de la población (1 de cada 5 personas) hereda valores altos de este tipo de colesterol y -según se comprobó científicamente- es un factor que aumenta tanto el riesgo de infarto de miocardio como de ACV.

Sin embargo, no es frecuente que se pida en los controles de rutina con los análisis de sangrepor lo que la gran mayoría de la gente que posee este factor de riesgo asociado lo ignoro. La probabilidad de tenerlo aumenta si los padres también lo sufrían, pero la cadena de ignorancia se reproduce en el tiempo.




La lipoproteína (a) es un factor genético asociado al colesterol bajo (LDL), que potencia los riesgos.

Gustavo Giunta, coordinador de la sección de Lípidos y Aterosclerosis de la Fundación Favaloro, explicó que «La Lp(a) es una lipoproteína muy parecida al colesterol malo y que está asociada a enfermedades cardiovasculares. En el mundo, algunas guías proponen que se lo midamos a todos los adultos”.

Giunta considera que “es una medición de un factor de riesgo con una filosofía un poco particular. Al no haber una forma de tratar la Lp(a) alta, cuando la media no tenemos por ahora un tratamiento especificosino que les tenemos que pedir a los pacientes que se cuiden al maximo del resto de sus factores de riesgo”.

El experto aconsejó que “por arriba del nivel de corte que se propone como referencia puede haber un 20 por ciento de la población de adultos. Pero los valores preocupantes son los extremadamente alto”. Y dijo que «el tema está teniendo ahora un resurgimiento porque probablemente en algunos años aparecieron tratamientos específicos».

En busca del antídoto

Argentina participa actualmente en algunos de los ensayos globales que procuran llegar a una solución para la persona que presenta este tipo de predisposición genética. Varios de ellos se llevan a cabo en la Clínica Adventista de Belgrano.

Marcelo Casas es codirector de Investigación de la Clínica y cofundador de Arsema, empresa de investigación que actualmente está realizando ensayos locales de los -se disculpen- no puede dar detalles debido a las cláusulas de confidencialidad que los laboratorios les obligan a firmar.

Para el caso de la lipoproteína (a) la calidad de vida no influye porque su causa es genética.  Foto: Shutterstock,


Para el caso de la lipoproteína (a) la calidad de vida no influye porque su causa es genética. Foto: Shutterstock,

Casas explicó algunos de los motivos por los que la Lp(a) no se pide hoy con frecuencia en los estudios de rutina: «Por un lado, es un tema que no está en la cabeza de los médicos y por otro, no todos los laboratorios tienen los reactivos que son necesarios para medirla. Luego, el valor que se obtiene es un título informativo porque ninguna modificación posible con la dieta o bajando de peso”.

De todos modos, aseguró que “conocer el dato podría ayudar a consciente de los rebeldes pacientes”. En cuanto a las drogas que se encuentran en déarrollo, dijo que «deben demostrar no sólo si lograron bajar el nivel de Lp(a), sino si además consiguen que descienda la cantidad de infartos y la mortalidadya que podría existir una causa más compleja que exceda bajar ese valor”.

Giunta agregó que “por ahora son drogas experimentales que ya tienen bastante bien demostrada su seguridad”. Con las conclusiones de la fase 3 se podrá determinar su eficacia y si podrá, entonces, ser incorporado como tratamiento preventivo.

Según los expertos, la Lp(a) tiende a tener una mayor variabilidad además niveles en comparación con otros lípidos como el colesterol LDL. Es decir que mientras algunas personas pueden tener niveles muy altos de Lp(a), otras pueden tener niveles más bajos o indetectables.

En los análisis de sangre de rutina hoy no suele pedirse el valor de la lipoprotenía (a).  Foto Shutterstock.


En los análisis de sangre de rutina hoy no suele pedirse el valor de la lipoprotenía (a). Foto Shutterstock.

Si bien la Lp(a) es similar a la lipoproteína de baja densidad (LDL) en estructura y composición, contiene una proteína adicional llamada apolipoproteína (a). Is a protein sintetizada en el hígado y se cree que desempeña un papel en la coagulación de la sangre y en la formación de coagulación.

Según los Centros para el Control y Prévención de las Enfermedades de Estados Unidos, al igual que el LDL, la Lp(a) puede acumular en las paredes de los vasos sanguineos. Y cuanto mayor es su nivel, más probable es que eso suceda.

Estos depósitos de colesterol, llamados placas, pueden reducir el flujo de sangre al corazón, el cerebro, los riñones, los pulmones, las piernas y otras partes del cuerpo. Las placas pueden crecer con el tiempo o romperse repentinamente, bloqueando los vasos sanguíneos y provocando ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.

Giunta afirmó que las unidades de medida son importantes: «Se considera un valor alto de lipoproteína (a) cuando es mayor a 50 mg/dl y muy alto cuando supera los 180 mg/dl«. Y esperaba que «posiblemente cuando haya un tratamiento propuesto para gente con más de 90/100 mg/dl. Pero esto es aún teórico».

PD

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