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El Gobierno de Maduro tiende la mano a Santiago y Lima para solicitar «plenas garantías y respeto a los derechos humanos» de sus compatriotas

Migrantes venezolanos bloquearon la entrada a Chile en la frontera con Perú.Pensilvania
  • América Latina Tensión fronteriza y diplomática entre Perú y Chile en medio de la crisis migratoria

«Hemos estado en contacto con ambas cancillerías y solicitamos plenas garantías y respeto a los derechos humanos de nuestros compatriotas», aseguró este sábado en sus redes sociales el canciller venezolano, Yván Gil. El Gobierno de Nicolás Maduro ha irrumpido de esta formado en la crisis frontieriza que se vive entre Perú allá Chiledonde al menos 300 personas, incluidos niños y mujeres embarazadas, según Amnistía Internacional, se encuentran atrapadas al impedir las fuerzas militares de Perú su ingreso al país andino.

La tensión ha provocado un rifirrafe diplomático entre ambos gobiernos mientras proliferan los incidentes en la llamada Línea Concordia between quienes desperados quieren continuar su viaje hacia el norte. Un colombiano resultó herido de gravedad al recibir una pedrada lanzada por quienes protestan.

La Fiscalía del Tribunal Penal Internacional (TPI) investiga los jerarcas chavistas por delitos de lesa humanidad, entre los que destacan las ejecuciones extrasumariales, torturas, violaciones sexuales, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas. Asimismo, diferentes organismos de las Unidades Nacionales han confirmado que las violaciones de los derechos humanos en Venezuela forman parte de un plan sistémico de persecución para reprenderlos frente a la revolución bolivariana.

La propuesta del chavismo pasa por el envío de aviones de la aerolínea estatal Conviasa«que se pueda aterrizar y despegar en la zona, así como abastecer combustible en un eventual operativo de nuestro Plan Vuelta a la Patria, que nos permita regresar sansos y salvos à nuestros compatriotas», agregó el canciller.

El Plan Vuelta a la Patria, un éxito según la propaganda revolucionaria, sólo consiguió el regreso a Venezuela de 31.000 personas de un total de 7,5 millones de emigrantes que conforman una de las mayores diásporas de la Historia. Un porcentaje insignificante: 0,41%.

Desde que se iniciara este éxodo, Nicolás Maduro ha negado su existencia o lo ha achacado a la avaricia de los pays vecinos y al engaño de las redes sociales.

El endurecimiento de los controles migratorios en Chile desde hace semanas empujó a los emigrantes (también haitianos, colombianos y ecuatorianos) a buscar la frontera con Perú y Bolivia. Pero el Gobierno de Lima, que acusó directamente a los venezolanos de ser culpable de la ola de inseguridad que sufre el país, declaró estado de emergencia y desplegó a sus militares para cerrar su frontera.

Los pays estudian, sin exito hasta ahora, cómo alojar a un corresponsal humanitario para facilitar la regresión de los emigrantes. La ONU exigió un diálogo inmediato para acabar con la crisis humanitaria.

«Nos duele la reacción de los connaturales que han tomado una postura totalmente adversa al extranjero», coincidieron obispos peruanos y chilenos de la zona fronteriza. La Conferencia Episcopal Peruana también declaró que “los migrantes venezolanos se ven obligados a despojarse masivamente de su patria debido a la situación política que lamentablemente impera en su país”.

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