El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha comparecido ise jueves por primera vez para hablar del globo chino y de los objects no identificados que cazas estadounidenses han abatido sobre el espacio aéreo. No hay indicios de que los mismos objetos demolidos la semana pasada, admitido, tengan lazos con China. Parecían ser de tipo comercial, recreativo o científico. Pero ha dejado claro: «Si un objeto trajo seguridad del pueblo estadounidense, lo derribaré».
A la vez que ha lanzado ese firmza mensaje, Biden ha tendido la mano al diálogo con China. Como ha dicho desde el principio de su presidencia, ha reiterado el mensaje de que quiere competencia, no conflicto, entre las dos superpotencias. “No buscamos una nueva Guerra Fría, pero no pido disculpas. No me disculpo y competiremos y gestionaremos responsablemente esa competencia para que no derive en conflicto”, ha dicho en su mensaje sobre la relación bilateral.
Según Biden, este episodio subraya la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación entre los diplomáticos y los militares de ambos países. “Nos tros diplomáticos seguirán dialogando y yo seguiré en comunicación con el presidente Xi. Estoy agradecido por el trabajo de las últimas semanas de nuestros profesionales de inteligencia, diplomáticos y militares”, ha dicho. Ha prometido mantener informados al día al Congreso ya los aliados y ya tiene un plan sin fecha: “Hope to talk with the president Xi y espero que lleguemos al fondo del problema, pero no me disculpo por derribar ese globo”, ha concluido.
En su discurso sobre el estado de la Unión, sin referirse expresamente al globo que cruzó el país desde Montana a Carolina del Sur, Biden sí lanzó una advertencia sobre su rival estratégico: “Si China amenaza nuestra soberanía, actuaremos para proteger a nuestro país”. dijo. «Ya tiene claro al presidente Xi [Jinping] que buscamos competencia, no el conflicto. No me exculpa por invertir para hacer fuerte a Estados Unidos, invertir en la innovación estadounidense, en industrias que definirán el futuro y que el Gobierno de China pretende dominar”, dijo también.
Sin embargo, Biden había guardado silencio hasta hoy acerca de los objetos derribados la semana pasada, pesa la respuesta militar que generaron. Tras la aparición del globo chino equipado con antenas y al que Washington atribuyó desde el principio fines de espionaje (que Pekín niega), Estados Unidos ajustó los parámetros de sus radares. En general, es difícil detectar objetos que se mueven a gran altura y baja velocidad, pero con esos cambios en los filtros, aparecieron varios objetos voladores sin identificar la semana pasada (en Alaska, la región canadiense de Yukón y sobre el lago Hurón) , derribados entre el viernes y el domingo pasados.
El objeto demolido el viernes cayó sobre las territoriales estadounidenses del norte de Alaska, en gran medida congeladas en pleno invierno. El del sábado, en una zona remota y escarpada del noroeste de Canadá. Y los restos del abatido el domingo se cree que se han hundido en las profundidades del lago Hurón. El caza que desapareció fue el último objeto, aparentemente de forma octogonal, caído en el lanzamiento de su primer misil.
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Este jueves, Biden sí ha comenzado a hablar de ellos. Ha reconocido que no hay indicios de que esos objetos tengan lazos con China ni con otros servicios de inteligencia. “Sabemos que una serie de entidades, incluidos países, empresas y organizaciones de investigación, operan con objetos a gran altitud con multas que no son malévolos, incluida la investigación científica legítima. Quiero ser claro, no tenemos ninguna prueba de que haya habido un aumento repentino del número de objetos en el cielo. Simplemente, ahora estamos viendo más que en parte debido a las medidas que hemos tomado para ajustar nuestros radares”, explicó.
Acaso consciente de que no era sostenible ese espectáculo de una operación diaria de caza y derribo de objetos voladores no identificados, ha ordenado que las normas actuales sobrien con mayor precisión la forma de tratar estos objetos no identificados en el futuro, distinguiendo entre los que pueden plantar riesgos para la seguridad que requieren una actuación y los que no. En este contexto ha dicho: «Pero no se equivoquen, si un objeto representa una amenaza para la seguridad del pueblo estadounidense, lo derribaré».
Un plan de cuatro pasos
El presidente de Estados Unidos ha anunciado cuatro clases de medidas para hacer frente al defio de los objetos voladores. Lo primero se establecerá un mayor inventario de objetos aéreos no tripulados en el espacio aéreo de los Estados Unidos, que sea accesible por mar allí actualizado. En segundo lugar, Estados Unidos aplicará nuevas medidas para mejorar su capacidad de detección de objetos en su espacio aéreo. Tercero, revisar las normas y reglamentos para el lanzamiento y mantenimiento de objetos no tripulados además de los cielos. Y, en cuarto lugar, promoverá internacionalmente unas normas comunes globales sobre ese espacio en gran parte no regulado. «Estos pasos conducirán a cielos más seguros y protegidos para nuestros viajeros aéreos, nuestros militares, nuestros científicos y también para las personas en tierra», ha dicho Biden.
De los objetos de la semana pasada, es posible que los restos de todos o alguno de ellos no se recuperen y que no se pueda saber lo que eran. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, ha añadido que no hay indicios de que los objetos chinos encontrados ni artefactos de inteligencia o espionaje de alguna otra potencia extranjera. También descartado como eventual de origen extraterrestre. Kirby explicó que los objetos no tienen propulsión propia, sino que se mecían a merced delviento a gran altitud. Aparentemente, tampoco tienen mecanismos de vigilancia ni de comunicaciones.
“No hay posibilidad de que haya una discusión de globos simplemente vinculados a entidades de comercio o de investigación y, por tanto, benignos. Eso muy bien podría ser, o podría surgir, como una explicación principal aquí”, dijo el martes Kirby, en línea con lo afirmado este jueves por Biden.
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