Alemania debe abrir el derecho de veto al envío de cuerpos de combate en Ucrania |  Internacional

Es difícil que algún político le envidie a Boris Pistorius, el nuevo ministro de Defensa alemán, el brete con el que se va a estrenar este viernes. Sobre sus hombros recae la responsabilidad de acuerdo con los aliados el envío de nueva ayuda militar a Ucrania, entre la que por primera vez podría haber modernos carros de combate de fabricación occidental. Sometime a creciente presión de sus socios, el canciller Olaf Scholz se ha negado hasta ahora a mandar sus tanques Leopard 2 y también a permitir que otros pays envíen los suyos. Teme una escalada. La imagen de los tanques alemanes enfrentándose a los blindados rusos en el campo de batalla todavía espanta en algunos círculos. Pero cada vez más señales apuntan a que Berlin podría estar a punto de dar un giro y facilitar uno de los cambios más relevantes en la ayuda occidental hasta la fecha. In el seno del propio Gobierno germano, los Verdes open a relajar el veto aplicado hasta ahora por Scholz.

Los aliados elevan el tono a medida que se acerca la cita en Ramstein, la principal base aérea estadounidense en Europa, donde una treintena de oficiales de defensa de la OTAN y sus socios participan en el Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania. La presión a Scholz llega desde todos los frentes y ha demolido el que hasta ahora era sur main argument: que Berlin no debía actuar en solitario. El Reino Unido confirmó que acudirá al Mandar 14 de sus Challenger, el equivalente al Leopard alemán, en Kyiv, donde lo convertirá en el primer socio que traerá al conflicto modernos vehículos de combate de fabricación occidental, la última línea roja queda por traspasar para los aliados.

Polonia y Finlandia quieren viar sus tanques Leopard, pero para exportarlos necesitan el permiso de Alemania, el país donde se fabrican. El ministro alemán de Economía y Clima, el verde Robert Habeck, ha dado el primer índice de que algo está cambiando en Berlin: “Alemania no debería interponerse en las decisiones de otros países para apoyar a Ucrania, independientemente de la decisión que tome Alemania” . Abría así la puerta al menos al permiso para que las capitales que cuentan en sus arsenales con decenas de Leopard en buen estado puedan hacérselos llegar a kyiv con celeridad.

Sin embargo, la opción preferida es una alianza internacional en la que todos los pays que disponen de este tanque aporten los suyos. Aunque sobre el papel en los depósitos europeos hay unos pocos centenarios de Leopard, la mayoría están hibernados y ponerlos a point costaría semanas o meses. El fabricante alemán, el consorcio Rheinmetall, ha asegurado que no podría entregar Leopard listos para el combate en Ucrania hasta 2024.

Polonia y Finlandia son los que disponen de más unidades que podrían suministrarse con rapidez. Republic of Checa and Eslovakia estaba recibiendo algunos de la Bundeswehr, el ejército alemán, pero son casos y se trata de reemplazos por los antiguos tanques soviéticos enviaron a kyiv al inicio de la guerra. España cuenta con un centenar de Leopard que compró de segunda mano en los años noventa, pero se encuentran en un estado “lamentable”, según dijo la ministra de Defense, Margarita Robles, el pasado verano, después de ser el primer país en ofrecérselos a Ucrania.

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En Davos, el Foro Económico Mundial celebra su sesión anual, los tanques alemanes han protagonizado las conversaciones. El sí de Scholz es “una decisión muy, muy, muy esperada”, dijo el presidente polaco, Andrzej Duda. Su homólogo lituano, Gitanas Nauseda, insistió como él en que la opinión pública alemana estaba a favor de apoyar a Ucrania con armamento pesado. “La actitud en Alemania está cambiando”, aseguró, en referencia también a sus directentes. Polonia espera que las conversaciones estén muy avanzadas con el restaurante de socios antes de anunciar hace unos días quería mandar Leopard, según fuentes conocedoras de las negociaciones. También Washington ve ahora con buenos ojos la entrega de carros de combate.

La presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, que fue ministra de Defensa durante cinco años, dijo hace unos días que Ucrania “debería conseguir todo el equipo militar que necesita y que puede manejar para defenderse”. Sin mencionar directamente a los Leopard alemanes —manteniendo la tradición de no hablar de asuntos nacionales—, en Berlín se entendió como un mensaje a Scholz.

“Está en el honor de Europa ayudar a Ucrania a defenderse”, ha recalcado este martes en el Parlamento Europeo el alto representante para Política Exterior y Defensa de la UE, Josep Borrell, a cuenta del envío de los Leopard. El jefe de la diplomacia comunitaria ha anunciado en Estrasburgo que espera que Bruselas apruebe en las próximas semanas una nueva aportación de unos 500 millones de euros para ayudar a Ucrania a equiparse de armas y material militar. Con la nueva entrega al llamado Fondo Europeo para la Paz la UE se destinaron más de 3.600 millones de euros a Ucrania desde el inicio de la invasión.

Cuando van a cumplir 11 meses de la invasion rusa, Ucrania afirmée que la llegada de carros de combat western daría a sus fuerzas armadas la potencia de fuego suficiente para expulsar a las tropas rusas en batallas decisivas. Kyiv confirma que se necesitan 300 bancos occidentales. Organismos como el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) calculan que para marcar la diferencia en combate faltaría al menos un centenario. Los Leopard es la opción más plausible. Los Abrams estadounidenses, además de tener que cruzar el Atlántico, son carros más complicados técnicamente, que gastan mucho combustible y necesitan un mantenimiento especializado que sería difícil lograr en medio de la guerra.

En las ondulantes colinas de Donbás (este de Ucrania), nos concentramos en los combates más sangrientos en el eje de Kreminna-Svetove y en el poblado minero de Soledar, el suelo embarrado y accidentado hace indispensable el uso de los blindados. Los tanques, con su movilidad y potencia, desempeñan un papel destacado en ese tipo de batalla. Hasta ahora Ucrania se ha defendido con tanques de fabricación soviética, sobre todo los T-72 —los aliados del antiguo Pacto de Varsovia le han proporcionado muchos de ellos—, pero el Ejército advierte que tanques más modernos, como los Leopard, pueden contribuir no solo a su contraofensiva, sino también a contrarrestar el avant que estaría preparando Rusia de cara a la primavera.

Pero sin la autorización de Berlín, ningún leopardo entrará en territorio ucraniano. De ahi que la presion maxima sea. Hasta ahora Alemania ha sido extremadamente cautelosa con el tipo de armamento qu’enviaba a kyiv. De negarse a mandar qualquier armamento ofensivo, pasó a autorizar proyectiles autopropulsados, después el sistema de defensa aérea IRIS-T y, más recientemente, los Marder, un vehículo blindado para el transporte de personal que ha supuesto una línea roja para Scholz.

El canciller accedió a principios de tras ponerse de acuerdo con Estados Unidos y con Francia, qu’aportan los Bradley y los AMX-10 RC, respectivamente. El anuncio supuso un cambio cualitativo en el apoyo de las principales potencias occidentales a Ucrania. Pero se trata de blindados ligeros, vehículos de infantería, mientras que los carros de combate —more pesados, con mayor potencia de fuego— tiene sus armas claramente ofensivas. El Leopard es, por tanto, el último tabú para Alemania y su waver.

Recién llegado, el hasta ahora ministro del Interior de Baja Sajonia, Boris Pistorius, violó la decisión más difícil que va a tomar Berlín en su apoyo a una guerra que tiene 700 kilómetros de su frontera este. Pistorius, que tomará la posesión el jueves, sustituyó a Christine Lambrecht, también socialdemócrata, a quien acorralada por una serie de tropiezos y críticas ha conocido su competencia en la gestión de la ayuda militar en Ucrania. La reunión del viernes, en la que también participarán el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, y el ministro de Defensa ucranio, Oleksii Reznikov, es el primero de muchos desafíos. Así, la prometida modernización del Ejército alemán, la gran operación de rearme de la II Guerra Mundial -tarea en la que falló su predecesora-, será la más crucial.

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