Un hueso 200 mil pacientes ya fueron habilitados para el cultivo de cannabis controlados en Argentina, según datos de abril del Ministerio de Salud. La cifra habla de una realidad que quienes entienden del tema se reconocen por lo bajo: el país tendió un paraguas de contención no solo a los pacientes de enfermedades crónicas diagnosticadas, sino también a algunas personas que hacen consumo recreativo.
Hoy conviven a nivel nacional la ley de Drogas 23,737 que prohíbe la tenencia, uso y venta de drogas, entre ellas marihuana, y la ley 27,350 de Cannabis medicinal, qua crea una excepción para quienes cultivan o hacen uso medicinal de la planta. La norma crea el Registro del Programa de Cannabis (Reprocann) para pacientes y cultivadores habilitados.
Son los médicos los que ponen la firma para aprobar la vinculación al Reprocann. Y en ese contexto, hay quienes cobran $ 15.000 o hasta $20,000 entrada de registro: “Promoción imparable. Con la inscripción de dos personas, 4.999 $ cada una”ofrecer un anuncio.
Organizaciones sociales y profesionales de la salud piden un debate serio y sobrio sobre el «consumidor adulto responsable», un reclamo histórico entre los activistas.
Un abanico de realidades
A Julián (24) –pide no dar su número real– el médico le dijo que lo iba a registrar con insomnio. “Venía ocasionalmente fumaba la planta que cultivaba un amigo y cuando me acerqué a un club para comprarme pasan el número de este médico. huir de inmediato, no me pidio nada. Solo me explica cómo iniciar el registro. Fueron $8.500 por el trámite”, explicó.
En el caso de Facundo (31), empezar a cultivar fue «algo terapéutico en sí mismo». Ya venía fumando de forma recreativa hacía años y cuando se habilitó el Reprocann, para estar cubierto legalmente, se tomó nota. Encontró por Internet un “consultorio cannábico” y tuvo una entrevista online de 15 minutos –$ 4.000 à multas de 2021– que lo inscribieron para tratar la ansiedad. «A veces llego a casa y tuve un día súper estresante en el laburo, me fumo un porro y con eso relajo», explica un Clarín.
Adriana (37) –no es su número– relacionada con este diario que en su caso viene a fumar de forma recreativa y hace 7 años empezó a cultivar y hacer aceite para su abuela, que tenia dolor en las rodillas. “Más tarde, yo empecé a trabajar de noche y tenía problemas para descansar bien, así que ahí consulté con una médica especializada y me enscribí en el Reprocann”, cuenta. Así pasó de un consumo creativo al cultivo solidario y el autocultivo medicinal.
Cannabis «doc»
En los últimos años ya se dictaron cursos de posgrado en cannabis terapéutico en al menos diez universidades. Los especialistas en cannabis medicinal se están promocionando en 420 sitios web, entre las redes sociales de activistas y mucho por el boca en boca. También es frecuente que los pacientes lleguen por derivación de otro médico.
«A mí me consta de que hay gente que trabaja con mucha seriedad y otros que te dicen vení, te cobro 8 ml pesos y te firmo la vinculación, y han hecho un negocio de esto», asegura a Clarín El presidente de la Cámara Argentina del Cannabis (Argencann), Pablo Fazio, comparó que algo similar ocurre con las ONG’s, que constituyen para hacer cultivo solidario: «Hay un montón que tienen seguimiento de sus usuarios y otras que no».
En ese sentido, pone un freno: «Yo no sé si no es hasta legítimo que un médico vincule a un chico de 25 años que no quiere que le abran una causa y que siente ansiedad o miedo por tener cinco plantas en la casa. Y visto de otra forma, salud también es, para una persona adulta, hacer un consumo de marihuana eventualmente porque mejor su calidad de vida, su humor o su descanso”.
«Pero yo creo que esto es gris no es la mejor solución posible. Hay que poner en debate la regulación del uso adulto, porque como sociedad nos lo debemos y porque también hoy hay gente que se expone a un riesgo penal”, agrega y apunta que “esta realidad en Estados Unidos ya pasó y sigue pasando. retenido a los «Médicos verdes» con un puesto a 25 metros de los locales que venden marihuana y es solo un trámite”.
“Necesitamos un debate de Maduro”
Pablo Morante es uno de los médicos con más trayectoria en el país en el uso del cannabis con finas terapéuticas. Además, actualmente establece la representación del Ministerio de Salud en la Agencia Regulatoria del Cannabis Medicinal y el Cannamo Industrial (Aricame), la cual fue creada en el marco de la Ley de Cáñamo Industrial y Cannabis Medicinal, sancionada en 2022.
“La tensión que requiere la coexistencia de la Ley de Estupefacientes y la Ley de Cannabis Medicinal es lo que hizo que el Ministerio de Salud tuviera que desarrollar herramientas de protección del derecho al acceso a la salud y tener, a su vez, una mirada mucho más integral, entendiendo que quizás el efecto principal adverso de aquellos que deciden consumir esta herramienta terapéutica es alcanzado por la ley penal”, explícito.
Y especifica que de los registros aprobados por el Reprocann, la mayoría de los médicos indican cannabis para el dolor u otra patología, pero “otros ponen directamente ‘uso adulto responsable’, y eso se aprueba también, porque se oye que el médico evaluó a esa persona, reducirá que otros medicamentos tomaba el paciente, le dio recomendaciones y va a darle seguimiento”.
Por otra parte, Morante destaca que «en contraste con lo que plantan algunos médicos en las redes, cualquier médico con matrícula vigente puede acompañar, indicar y tramitar la autorización por el Ministerio de Salud». Lo más grande siempre es que la persona que suele preocupar a Charles con el médico o con quien tiene más confianza, sea el cardiologo, un oncólogo o un ginecólogo.
En ese sentido, señala que es clave «seguir trabajando en la capacitación» tanto para el corto como para el largo plazo, y contrasta que, sin embargo, «tiene que haber una iniciativa para ir en la búsqueda de la modificación de la legislación penal porque nada que hacer en el escenario del ministerio de salud de la nacionsino que uno pueda modificar esta ley de estupefacientes (23.737) y seguramente estaremos teniendo un debate más maduro respecto al uso de determinadas sustancias en su contexto de responsabilidad y cuidado de nuestras libertades”.
Cannabis medicinal: cómo consultar
En cannabis medicinal «es como en cualquier consulta médica de cualquier especialidad», describe la nefróloga Gloria Schneier, quien dirige el consultorio de cannabis medical del Hospital Sirio Libanés en la Ciudad de Buenos Aires. Y repasa: «Se confecciona la historia clínica, el motivo de consulta, antecedentes y estado actual, medicación que consumma y se realiza el examen físico».
«Se hace un meticuloso interrogatorio que lleva mucho tiempo y se escucha al paciente atentamente, ya que en la mayoría de las consultas lamentablemente los pacientes concurren buscando en el cannabis su última opción frente al fracaso de sus tratamientos o sin gran mejoría en los síntomas» , de.
En general, las consultas llegan por derivaciones que hacen otros médicos del hospital y por personas que llegan ha cruzado un sitio web. “Hasta ahora nunca pasó que alguien viniera a pedir una inscripción para consumo adulto responsable. En el ámbito privado sí me ha sucedido, pero yo al inicio de la consulta explico lo que es el Reprocann y que no lo incluye”.
L’escucha del paciente es basic, sobre todo cuando las personas se refieren a un «bienestar» producto de un consumo «responsible» de la planta. “Depende del contexto, podrá evaluarlo como un resultado terapéutico, deberá analizarlo con cuidado. Por ahora considero yo que se debe dar un buen uso al Reprocann, cuidando el programa que ha sido un gran avance en nuestro pais. Eso es lo que yo determino en mi actividad habitual”.
Mayra Mendilahatxou es médica intensivista en un hospital de Mar del Plata y, además, atiende en una clínica privada de cannabis medicinal de esta ciudad. Entre las consultas que recibe, «la mayoría son pacientes con patologías diagnósticas que fueron derivadas por médicos de otras especialidades, como reumatólogos, oncólogos o profesionales de la salud mental, pero también hay personas que ya están utilizando el cannabis para patologías concretas pero no se animan a Plantear este tema con su médico”.
Además, cuenta la médica, están «los pacientes que nunca consumieron, pero tienen alguna condición de salud en la que ven que el cannabis podría colaborar» en el tratamiento. «Y son mínimos, sumamente esporádicos, los pacientes que llegan porque vienen haciendo un uso adulto responsable y quieren inscribirse al Reprocann».
«En esos casos, mi perspectiva es una que busca la integridad en la salud y abarca muchos aspectos, como pretendido por ejemplo el marco social en el que está inserto el paciente. Y mi primordial intervención y esencial en muchos casos, es la reducción de riesgos y daños», dice y explica que «if el paciente está utilizando un preparado con cannabis combustionado, trata de explicarle que hay una vía con menor riesgo pulmonar como la vaporización”.
En otras ocasiones, «cuando se comienza a indagar sobre la frecuencia en la que utilizan cannabis, la dosis y por que motivos, se termina evidenciando que también hacen un uso terapéutico, para mejorar, por ejemplo, el descanso», explica cuenta la médica allí que «tan bien la planta tiene una molécula psicoactiva, que es el THC, utilizada en dosis bajas otorga a determinados pacientes un efecto que puede ser ansiolítico, relajante y facilitador del descanso nocturno».
Fórmulas magistrales con cannabinoides
Mendilahatxou explica que el escenario para los médicos es complejo no solo por la Ley de Drogas, sino porque aún hoy, a cinco años de que se sancionara la ley, «el mayor acceso es a preparado de cannabis no estandarizado, y los farmacológicos no contemplan todo el espectro (de cannabinoides)”.
En este punto coincide Jorge Alonso, médico referente en el país en fitomedicina y profesor en la UBA, explicó que hasta el momento la Argentina tiene solo dos aceites de CBDuno de los cannabinoides con acción terapéutica del cannabis, publicado en el Vademécum, que es el registro de medicamentos habilitados a nivel nacional por la Anmat.
Aparte de eso, hay al menos tres provincias –Jujuy, Misiones y Santa Fe– que ya lanzaron sus aceites, también de CBD. Todos estos son productos para los que el paciente aclaró una receta médica, pero no la inscription en el Reprocann.
“También está la posibilidad de hacer recetas magistrales, para que el paciente lleve la receta personalizada a una farmacia y le armen un preparado magistral. Por ejemplo, si quiero tratar el insomnio, le hago una fórmula personalizada porque el producto que quiero recetar no está en el mercado», explicó Alonso y detalló que «esta posibilidad está establecida en la ley pero no hay proveedores para que funcione el sistema Hoy «.
mg