Doce semanas después de su presentación y manifestaciones multitudinarias, la reforma judicial en Israel ha cobrado este domingo su primera víctima política, con la destitución del ministro de Defensa, Yoav Gallant, por el jefe de Gobierno, Benjamin Netanyahu. El comunicado del anuncio reza simplemente: «El primer ministro ha decidido esta tarde cesar al ministro de Defensa, Yoav Gallant». El motivo, sin embargo, no es ningún secreto. Tras semanas transmitiendo en privado a Netanyahu su preocupación por las consecuencias para la seguridad de Israel que está teniendo el cisma político y social generado por la reforma (entre ellas la negativa de cientos de reservistas del ejército a cumplir determinadas tareas), Gallant salió el sábado pedir públicamente su paralización. De salir adelante, el controvertido cambio legal ―cuya primera ley ya fue aprobada el jueves― debilitaría la separación de poderes en beneficio del Ejecutivo. El anuncio de este domingo sacó a las calles a decenas de miles de personas en todo el país, con Tel Aviv de nuevo como epicentro. La convocatoria fue espontánea, a través de grupos de WhatsApp, y los manifestantes en Tel Aviv cortaron durante cinco horas la importante autopista Ayalón. La policía, que se mantuvo en un segundo plano, evacuó en solitario la autopista a las 03.00 de la madrugada (02.00, en la península española), cuando apenas quedaron un millar de personas. También hubo protestas en las ciudades de Jerusalén, Haifa, Beer Sheva y Petaj Tikva.

Poco después del cese, Netanyahu y Gallant coincidieron en hacer dos tuits muy breves. El primero escribió: «Todos debemos levantarnos enérgicamente contra los rechazos a servier [en el ejército]”. El segundo: «La seguridad del Estado de Israel siempre ha sido y siempre será mi misión vital», en un mensaje coronado por la bandera nacional. El anterior primer ministro y hoy líder de la oposición, Yair Lapid, también reaccionó al anuncio: “Netanyahu puede cesar a Gallant, pero no puede cesar la realidad ni al pueblo de Israel que se enfrenta a las locuras de esta coalición”.

En la protesta de este domingo por la noche en Tel Aviv, uno de los canticos más escuchados era «Bibi (como conoce popularmente a Netanyahu), a casa», además de los habitales «Democracia o rebeldía» y «Vergüenza». La mayoría de los manifestantes eran jóvenes o de mediana edad, muchos de ellos con banderas israelíes.

Emmanuel, de 52 años, sufrió la destitución mientras veía la televisión en su casa de Binyamina, decenas de kilómetros al norte de Tel Aviv. «Y no pude resistirme a venir», comenta con una camiseta en apoyo a los reservistas. Él lo fue, cuenta, Durante 20 años y asegura que Gallant «ha elegido el bien de Israel» sobrio el «ego y las demostraciones de fuerza» de Netanyahu. “Y mañana, cuando, por ejemplo, llegue el jefe del Shin Bet (servicio de seguridad) y le diga lo mismo, ¿Qué va a hacer? ¿Despedirlo también? No acudió a las primeras protestas porque le pareció «exagerada» la sustentada de que su país se rigía hacia una dictadura, pero ahora cree que el Gobierno está yendo demasiado lejos. A una década de distancia, Hadar consideró más importante protestar contra la miseria que cuando lo hizo apenas 24 horas antes. «Esto tiene que ser así hasta que caiga el Gobierno», decía entre la multitud. Residente en Tel Aviv de 21 años, admitió estar «asustada» por la situación y opinó que Gallant fue el primero del Ejecutivo al escuchar que «no han sido elegidos para esto», en referencia a la reforma.

Manifestación en Tel Aviv, este domingo por la noche.antonio pita

Este sábado, mientras decenas de miles de israelíes se manifestaraban (al menos 200,000 solo en Tel Aviv) en una las mayores protests contre la reforma, Gallant —un respetado general en la reserva que venía escuchando numerosas quejas dentro del ejército— compareció en televisión para subrayar que estaba asistiendo estos días a la «erosión» de la fuente de la «fortaleza» del Estado de Israel. “El creciente cisma en nuestra sociedad está penetrando en las Fuerzas Armadas y los cuerpos de seguridad, lo que supone una amenaza clara, inmediata y tangible a la seguridad del Estado. No lo permitiré”, subrayó.

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«Nunca se había visto antes la dimensión que han alcanzado los sentimientos de rabia, decepción y miedo», lamentó el ya exministro, al recordar que las Fuerzas Armadas «no se han quedado fuera» de la crisis política y social generada por la reforma, que busca debilitar al Supremo, cambiar el método de elección de sus jueces y permitir que el Parlamento reapruebe leyes previamente tumbadas por el tribunal, que tiene esa potestad al estilo del Constitucional en España. Israel no tiene Constitución, pero se guía por una serie de leyes básicas y el Supremo tiene la facultad de interpretar si una ley regular las vulnera.

Conexión con el Ámbito militar

El desmarque público de Gallant no fue solo el premierro dentro del Ejecutivo y el más importante en el seno del Likud, el partido de derechas que lidera Netanyahu, sino también el más esperable. Gallant apoya el concepto de la ley y dejó claro en su discurso que se sigue considerando las derechas. Pero es también la ventanilla a la que sus excompañeros en el ejército presentan sus quejas y temores y la que más datos recibe sobre el alcance de la “rebelión” en las Fuerzas Armadas. No es solo el creciente número de reservistas, son también soldados en servicio los que están decididos a obedecer solo algunas órdenes, si la reforma sigue adelante, según medios locales.

Yoav Gallant, 9 de marzo y aeropuerto Ben Gurión.
Yoav Gallant, 9 de marzo y aeropuerto Ben Gurión.AMIR COHEN (REUTERS)

Esta conexión con el ámbito militar le diferencia de compañeros de partido, como Yariv Levin (ministro de Justicia), qu’capitanea la reforma y al que obsessiona desde el inicio de su carrera política la composición del tribunal. O de los ministros de Zionismo Religioso y Poder Judío, los socios de coalición ultraderechistas que tienen desde hace años al Supremo en el punto de mira.

La prensa local especuló este domingo, antes del cese, con la posibilidad de que Avi Dijter, que ostenta la cartera de Agricultura y Desarrollo Rural, pase a ocupar el puesto de Defensa. Dijter salió colgante el día a expresar su apoyo a la reforma. El alineamiento con Netanyahu hace pensar que la promesa de la carta (jugosa y respetada en Israel) podría estar detrás del cambio respecto a la posición que le adscribían los medios apenas un día antes. Tras el discurso de Gallant, lo situaban en el bloquear a los rebeldes, como uno de los escasos miembros del Ejecutivo —formado por el Likud, los ultranationalistas Zionismo Religioso y Poder Judío y los ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá— en haber trasladado entre bambalinas su desacuerdo con la forma en la que se estaba gestionando el paquete legislativo. Solo salieron a apoyar a Gallant dos diputados del Likud que ya dejaron clara su oposición. Yuli Edelstein, que la agradeció tuvo «sumado al camino» que tuvo semanas liderando y qu’está sancionado por el partido por haber ausentado de dos votaciones. Y David Bitán, que pidió en Twitter “negociaciones inmediatas” para alcanzar “acuerdos amplios” y manifestó su “apoyo a las palabras” de su “amigo el ministro de Defensa”.

Manifestantes en Tel-Aviv, este domingo.
Manifestantes en Tel-Aviv, este domingo.NIR ELÍAS (REUTERS)

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