El estándar Euro 7, destinado a limitar las emisiones de contaminantes y gases de efecto invernadero de los motores de combustión antes de que sean prohibidos para 2035, probablemente será mucho menos severo de lo esperado. Ver no lo hará.

El enfrentamiento entre la Comisión Europea y los fabricantes de automóviles se está volviendo ventajoso para ellos. Varios países, incluida Francia, han manifestado su oposición a la normativa propuesta, lo que hace prácticamente imposible su adopción.

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El motivo favorito de la industria europea del automóvil, que denuncia un aumento de sus costes de producción, la normativa Euro 7, que entrará en vigor en julio de 2025, impone un último empujón para mejorar el comportamiento medioambiental de los motores de combustión interna. combustibles fósiles que ya no podrían instalarse en vehículos nuevos a partir de 2035.

Ataques completos

En esta fecha, este último no debe emitir el más mínimo gramo de CO2 escape −o, al menos, tener una huella de carbono neutra−, lo que de facto exige la generalización de modelos 100% eléctricos.

Presentado en noviembre de 2022, el proyecto elaborado por la Comisión bajo el liderazgo de Thierry Breton, comisario de Mercado Interior, impone una reducción del 35 % de las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOX) y un 13% las de partículas finas. Este endurecimiento obliga a los vehículos a equiparse con catalizadores calentados eléctricamente y nuevos sistemas de diagnóstico a bordo.

Del mismo modo, el precio que se tenga en cuenta para las emisiones de partículas debe dar lugar a polvo caracterizado por el desgaste de neumáticos y discos de freno. Por último, los umbrales definidos para las emisiones de escape deben aplicarse independientemente de las condiciones de conducción, incluso las menos favorables.. “Se nos pide que respetemos los límites establecidos por la Euro 7, incluso en el caso de un coche que remolca una caravana y sale en frío para subir a la cima del Mont Ventoux”Protesta uno de los dirigentes de Renault.

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Mientras que Thierry Breton afirma haber “encontrar el equilibrio correcto”, la norma Euro 7 ha sido objeto en las últimas semanas de ataques de buena reputación por parte de varios Estados. Francia, hasta ahora en retirada en este tema, ha tomado la delantera en la revuelta. El 11 de mayo, en su alegato por la “reindustrialización”Emmanuel Macron instó a la Unión Europea a observar un «pausa reglamentaria». El 22 de mayo se hizo público un documento de trabajo adoptado por Francia y otros siete países hostiles al fortalecimiento de los estándares ambientales (Italia, Rumania, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Polonia, Bulgaria).

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