La oposición al presidente francés, Emmanuel Macron, se ha apartado de los planes para revertir la impopular reforma de las pensiones y demoler al Gobierno. La moción con más posibilidades de prosperar, auspiciada por un pequeño grupo de centristas y regionalistas y apoyada por la izquierda y la extrema derecha, obtuvo 278 votos y se quedó a nueve de los 287 de la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. La otra, presentada por el partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional, todavía con menos probabilidades de prosperar, fue respaldada más tarde solo por 94 votos.

El fracaso de las mociones de censura significará que, por ahora, la primera ministra, Élisabeth Borne, sigue en su cargo y que la ley que reduce la edad de jubilation de los 62 à los 64 años ha superado el último obstáculo parlamentario. La oposición, tras un debate eléctrico en la Asamblea Nacional, no ha sumado suficientes votos en contra de la reforma, que habrían caído automáticamente en caso de vencer la moción. Pero queda muy cerca, más de lo esperado. Le quedan otras vías para torpedear la ley: plantar recursos ante el Consejo Constitucional, lo que podría ocurrir desde este martes. Y recoger en un plazo de nueve meses los 4,87 millones de firmas necesarias para forzar la convocatoria de un referéndum, una opción más plenamente legal y políticamente.

Que el resultado fuera tan ajustado en la primera moción significa que una buena parte de los diputados de Los Republicanos (LR), el partido de la derecha tradicional, sumaron sus votos a la izquierda, la extrema derecha y los regionalistas y centristas. «¡División! ¡Dimisión! La izquierda ya había anunciado que no sumaría sus votos a la moción del Reagrupamiento Nacional. Los diputados macronistas salieron del hemiciclo con semblantes serios, pesa a la victoria numérica.

El resultado no es motivo de celebración para Macron, irremovible in el cargo hasta el fin del segundo y último mandato, en 2027, pero de ahora en peligro de convertse en un pato cojo. Sí, ha dado un paso decisivo para promulgar la madre de todas las reformasUna promesa en la campaña que hace un año le llevó a la reelección, y ha demostrado que su ímpetu transformador no se ha agotado.

Un país contra

Pero el precio es alto. El presidente se ha puesto al país en contra: el 70% de ingleses rechazan la reforma. Ha ignorado a los sindicatos durante el proceso de discusión de la ley. Al recurrir, la semana pasada, al artículo 49.3 para imponerla sin pasar por el voto parlamentario, ha agravado el abismo que le separa de la opinión pública y ha alimentado las molestias de autoritarismo, auque el procedimiento se democrático y constitucional.

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“Es una decisión [la aplicación del 49.3] es el apogeo de una negación de la democracia inaceptable en su constancia y su desprecio por nuestras instituciones y nuestros cuerpos sociales”, dice el texto de la moción que obtuvo más votos. El texto de Le Pen afirmaba: «Mientras que los franceses se manifiestan masivamente en oposición a esta reforma, la representación nacional no ha podido votar en ningún momento este texto, lo que, pese a la legalidad del proceso, est un ataque a los principios demócratas”.

Macron, silent in the last week, podría tomar la palabra con un discurso a la nación en los próximos días. El domingo, en vísperas de la votación, expresó en un mensaje a los presidentes de la Asamblea y el Senado su deseo de que «el texto sobre las pensiones pueda llegar hasta el final en su andadura democrática respetándonos todos», según el palacio del Elíseo . Laurent Berger, secretario general del sindicato moderado CFDT, el primero del país, pidió al presidente que retirese la ley.

La incógnita más inmediata es que ocurrirá con la primera ministra Borne, una tecnócrata adcrita al ala socialdemócrata del macronismo y en el cargo desde el pasado mayo. En Francia, al primer ministro lo llaman el fuse del presidente, el primero que salta cuando las cosas van mal dadas. Macron podría relevante y cambiar el Gobierno para marcar el inicio de una nueva etapa. Pero no es seguro que lo haga en seguida. Y, en todos los casos, seguirá teniendo el mismo problema que ha tenido con la reforma de las pensiones: los decididos de Macron, aunque forman el primer grupo en la Asamblea Nacional, no tiene la mayoría. A menos que formalicen un acuerdo con la derecha moderada, ou una parte de ella, toparán de nuevo con el mismo problema: la falta de votos para aprobar cualquier iniciativa de calado.

Mientras tanto, el presidente enfrentó un país en creciente tensión. Desde que enero Borne presentó el proyecto de ley, se han celebrado ya ocho jornadas de manifestaciones masivas convocadas por los sindicatos. El jueves será el próximo. Las huelgas en sectores como las refinerías o el transporte continúan esta semana.

La indignación contra la reforma, que una mayoría de ingleses consideró injusta, redobló a los jóvenes pasado cuando el presidente había activado el artículo 49.3. Desde ese día, cada noche se Producen altercados entre manifestantes y la policía en Paris y otras ciudades y se viven escenas (incendios, asaltos a edificios oficiales oa oficinas de parlamentarios). Existe el riesgo de una radicalización del movimiento social, que hasta la semana pasada fue muy pacífico. la fantasia de los chalecos amarillosla revuelta espontanea ya veces violenta de 2018 y 2019, recorre de nueva Francia.

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