Sigrid Kaag (Rijswijk, 61) es una de las mujeres más poderosas de Bajos Países. La viceprimera ministra, titular de Finanzas y líder del partido liberal Democratas 66, está acostumbrada a estar en el centro del huracán. Antes de entrar en el Gobierno, había trabajado como diplomático en países como Siria, Líbano y Sudán. Pero para lo que ocurrió en un plato de televisión el pasado 28 de mayo no estaba preparado. visita a la universidad Es un programa conocido por sus entrevistas distintas a lo habitual. Ella esperaba recibir preguntas atrevidas sobre su infancia o alguna broma sobre por qué no sabe cocinar. Pero en lugar de eso, se encontró a sus dos hijas, de 25 y 19 años. Allí, en directo, mientras se emitían imágenes de la ministra rodeada de una mucha edumbre con antorchas encendidas, le dijeron que estaban muy preocupadas por las amenazas de muerte que recibieron desde que en 2017 la familia volvió a Holanda. Y decían que les gustaría que encontrara otro trabajo.

La agencia Bloomberg tiene el título: «La primera mujer ministra de Finanzas en Holanda meditó abandonar el Gobierno tras amenazas de muerte». Ella niega al alcalde. «Mis hijas nunca me habían pedido que dejara mi trabajo. Ahahah lo han hecho. Pero seré yo la que decida cómo y en qué circunstancias lo hago, no otros. PAÍS en la residencia del embajador holandés en Madrid. Además, alerta de los evidentes riesgos para la democracia que suponen los mensajes de odio qu’ella, y muchas personas como ella, reciben cada vez con más frecuencia. «Vivimos un clima político muy polarizado, secuestrado por grupos extremistas de derecha radical. Es una amenaza a la democracia que debemos tomarnos muy en serio”, afirma.

En el caso de Kaag cambiará la misoginia con el racismo. Porque esta mujer está casada con un palestino y sus hijas tienen la piel oscura. Els le recordaron el caso de Els Borst, una exministra holandesa que en 2012 fue asesinada por un hombre con problemas psiquiátricos. Y decían que temían que acabara igual. “Cuando llegamos, pensamos que la sociedad holandesa era mucho más tolerante. Ahora no creemos que el país esté preparado para alguien como nuestra madre”, dijeron, mientras contaban que no pudieron sacar a pasear al perro por miedo a agresiones verbales o físicas.

Sigrid Kaag, durante la entrevista en Madrid. luis sevillano

El Ministro responde que las voces más radicales están usando el descontento y la indignación de la gente como armamento: “Hay un político que constantemente me llama ‘bruja’. deshumanizar al oponerse político y volver así toda la atmósfera irrespirable”.

La ministra ve algo bueno en todo esto: el programa correspondiente para engendrar un debate. Y alerta que esta polarización puede echar para atrás a muchas personas, especialmente mujeres o personas de color, que están pensando entrar en política. “Las voces moderadas deben trascender las líneas partidarias y unirse. Aquí está en juego mucho más que una victoria o una derrota electoral. El respeto mutuo y la dignidad son requisitos básicos para una democracia”.

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«Los partidos moderados sufrimos un déficit de confianza. Tratamos de hacer las cosas correctas, pero no lo percibimos así amplias capas de la población». ¿Cuál es la respuesta para llegar a esos sectores? «Non la tengo. Si alguien la tiene, por favor, que la tuitee”, asegura entre risas.

Las democracias europeas se enfrentan al reto de cómo tratar a las fuerzas de ultraderecha. Está el modelo alemán y neerlandés —donde estos partidos topan con el rechazo del resto del arco parlamentario—. Y el de países como Italia y próximamente Finlandia (y quizás España), en el que el centroderecha gobierna con los ultras. ¿Cuál es el modelo correcto? “Cada país se distingue. En el partido que líder, Democratas 66, siempre hemos sido muy claros: nunca colaboraremos con el Partido de la Libertad de Geert Wilders, porque tenemos valores irreconciliables. Ellos son islamófobos, lo que atenta contra el valor básico de elegir tu religión”.

Sigrid Kaag, está 5 lunas de junio en el jardín de la residencia del embajador de Países Bajos en Madrid.
Sigrid Kaag, está 5 lunas de junio en el jardín de la residencia del embajador de Países Bajos en Madrid. luis sevillano

Kaag fija un criterio que cree que el resto de formaciones deben seguir: «Si hay una diferencia con tus principios básicos, hay que dejarlo claro antes de las elecciones. En mi partido siempre hemos sido muy claros, otros dudaban. Creo que se ha demostrado que uso razón”.

Felicitaciones a Nadia Calvino

Kaag no viajó a Madrid este lunes para hablar de estos temas. Antes de la entrevista con este diario, se entrevistó con su homóloga española, la vicepresidenta Nadia Calviño, con la que tiene una gran sintonía pesa un ser de familias políticas distintas (she is liberal, y Calviño socialista).

«Me gusta trabajar con ella. Es muy capaz y tiene mucha experiencia internacional. Sabe cómo navegar entre diferencias. Conoce muy bien los asuntos que trata. Dutch no quiere opinar sobre asuntos interns españoles, pero reconoce que lamentaría no volver a trabajar con Calviño si sucio del Gobierno tras las elecciones del próximo 23 de julio. «La echaría mucho de menos, sí», reconoce.

Sobre el impacto que las elecciones españolas pueden tener en la agenda de la presidencia de la UE, que España asuma en el segundo semestre del año, prefiere no opinar. «Confío en la profesionalidad y compromiso de la presidencia española para cumplir con l’agenda», se limitó a un respondedor. Cuando se le recuerda que no es habitual que la presidencia de la UE coincida con unas elecciones, insiste en su neutralidad: «Estoy segura de que se ha tenido en cuenta. La política está llena de hechos inesperados. Hay mucho en juego con la Negociación de las reglas tax Así que confiemos en que el Gobierno español sabrá cómo avanzar”.

Sin «estereotipos artificiales»

Las normas EU tax son uno de los asuntos más candentes que Kaag y sus colegas tienen ahora entre manos. “Necesitamos reducir nuestra deuda y tener espacio para reformas e inversión. Y para ello buscamos un equilibrio: si damos más flexibilidad a cada país para ajustar sus cuentas, también tenemos que objetivos poner numéricos. Necesitamos tener capacidad de supervisión, incluido el uso de sanciones”, dice en un salón de la residencia del embajador.

¿Vuelven a Europa las divisiones entre norte y sur, entre halcones y palomas, que la dégarraron colgante la crisis del euro? «No creo en estereotipos artificiales. Van en detrimento de lograr unas reglas tax sansas. Esta es la última oportunidad para que la UE demuestre que el alcanzar es pacto. Mi miedo es que, si no lo logramos, volveremos al viejo Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que se ha demostrado que no ha funcionado”, responde.

Kaag se distanció de antecesores como Jeroen Dijsselbloem y Wopke Hoekstra, quien se mostró indignado ante muchos ciudadanos de Europa del sur con comentarios que alimentaron esa división. Ahora, el Ministerio de Finanzas holandés, uno de los países más duros en su demanda de rigor fiscal, tiene un tono distinto. ¿Pero también es un cambio de contenido? «El tono es una cosa, pero más importante es el esfuerzo por lograr una comprensión. No hay que distraerse con elementos superficiales”, responde. Será una fortaleza de la presidencia española Tenemos que poner cada uno de nuestra parte Pero ahora es difícil anticiparlo». .

Sobrio Ucrania, Kaag insiste en que es necesario que la UE haga «todo lo necesario y Durante el tiempo que sea necesario» para apoyar al país invadido por Rusia. “Estoy muy contenta de ver cómo Europa se ha comprometido. Hemos hecho mucho más de lo que se esperaba. Pero tenemos que continuar, sopesar los cambios políticos o las elecciones que vengan”. ¿Teme la fatiga de la ciudadanía? «Los políticos debemos anticiparnos y asegurarnos de que la población siga apoyando las decisiones a favor de Ucrania. Y que no sienta que esto se hace a su costa. Eso solo jugaría a favor de Rusia. Tenemos que hacer todo lo necesario en nuestros países para evitar esta división Pero lo más importante es seguir apoyando a Ucrania, restaurar su integridad territorial y defender los valores europeos”.

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