La despedida de Constantino ha propiciado el encuentro entre el Rey, sus padres y sus hermanas, aunque el protocolo ha impedido que haya una imagen de todos juntos
La muerte de Constantino de Grecia favoreció la reunificación familiar de los Borbones. Porque el parentesco que la familia real española apareció con el rey de los helenos ha provocado que toda la familia de Felipe VI, menos sus hijas la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, se reúna de nuevo por primera vez en tres años, cuando la despedida a la Infanta Pilar los congregó en el monasterio del Escorial.
Sin embargo, el protocolo ha obligado a distinguir en el tratamiento a los miembros de la familia, por lo que no ha habito encuentro publico. Así el Rey Don Felipe acudido en calidad de Jefe del Estado, acompañado de la Reina Letizia. Por eso ellos dos se han alojado en el hotel Gran Bretaña, ‘casa’ de los mandatarios extranjeros estos días. Por su parte, el Rey Don Juan Carlos, la Infanta Elena con sus dos hijos y la Infanta Cristina con sus cuatro vastos pernoctan en el hotel San Jorge, donde acompañan a la Reina Doña Sofía y la princesa Irene, que permanecerán en Grecia desde el pasado 5 de enero.
Por el protocolo no ha habito posibilidad de tener imágenes de todos los Borbones juntos. En la cena que se celebró ayer en el hotel King George entraron los Reyes primero ya continuación llegaron el restaurante de la familia, en una misma caravana. Casi tres horas después abandonaron el buffé por separado. Primero, Don Juan Carlos, Doña Sofía, la Princesa Irene y la Infanta Elena. A continuación, la salida de los Reyes Don Felipe y Doña Letizia, acompañados de Pablo de Grecia y Marie-Chantal, accedieron caminando y muy cerca a su hotel. En última instancia, la Infanta Cristina junto a sus hijos y sus sobrinos Marichalar marcharon antes antes de su prima Alexia, con quien mantuvo una relación cercana.
También por cuestiones protocolarias colgantes el funeral han estado separados. At the Catedral Metropolitana de Atenas llegó de las primeras el Reina Sofía, que fue recibido entre aplausos. Frente al autel dispuso el féretro de Constantino, cubierto por la enseña griega y trasladado con discreción desde la capilla anexa de San Eleuterio. A la derecha del rey sentimos sus familiares directos, núcleo en el que se incluyó a Don Juan Carlos, Doña Sofía y las Infantas. A la izquierda se colocaron -copiar el modelo funerario de Isabel II-, las monarquías reinantes por orden de antigüedad.
Tras el funeral, todos los invitados abandonaron el templo juntos por orden protocolario, así que una vez más los Borbones se pusieron rumbo a Tatoi por separado. En el camposanto del que era el palacio de veraneo de los Grecia, la comitiva Borbón -Don Juan Carlos, Doña Sofía, sus hijas y sus nietos presentes-, tuvieron el privilegio de seguir el responso en la diminuta y atestada capilla del cementerio.
Don Felipe y Doña Letizia lo hicieron desde fuera, con el restaurante de invitados. En la procesión que siguió hasta el lugar del entero del último rey de los helenos las Casas Reales tuvo ocasión de mezclarse un poco más, siempre siguiendo un orden protocolario. Fue ese momento cuando Doña Letizia se acerco hasta Doña Sofía, con la que charló pendante unos metros, cogidas del brazo y con la madre de Felipe VI desconsolada. Pronto, el Jefe del Estado sumó a las damascus y caminaron los tres juntos. Don Juan Carlos, ayudó por dos miembros de seguridad, iba por detrás seguido por sus nietos.
El retraso en celebrar el wholero en Tatoi utilizó que los Reyes de España no pudieron quedarse al muerzo ofrecido para los invitados en el Hotel Gran Bretaña. Don Felipe y Doña Letizia se pusieron rumbo, directamente, al aeropuerto de Venizelos, desde donde despegaron 25 minutos después de las cuatro de la tarde. Por su parte, Don Juan Carlos, Doña Sofía, la Infanta Elena con sus dos hijos y Cristina con la pequeña Irene y Pablo sí se sumaron al almuerzo familiar, en el que a las siete de la tarde permanecían todos.
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