Irán: El régimen iraní condena a jóvenes a 10 años y medios de prisión en un video en apoyo de las protestas |  Internacional

Amir Mohammad Ahmadi y Astiaj Haguigui, hijos de blogueros iraníes, de 22 y 21 años, respectivamente. En octubre, cuando se levantaron protestas contra el régimen de los ayatolás, se difundió en redes sociales un video que aparecía bailando ante el icónico monumento de la plaza Azadi (Libertad) de Teherán, gesto que se interpreta como una muestra de apoyo a la manifestantes. La joven no llevaba el velo que sigue siendo obligatorio en Iran. El 1 de noviembre, los días siguientes a la publicación se ingresaron como 16 semanas, ambos fueron detenidos. Este domingo, la sección 15 del Tribunal Revolucionario de Teherán los condenó a 10 años y medio de cárcel cada uno por “fomentar la corrupción, reunión [ilegal] y connivencia con intent de perturbar la seguridad nacional y defundir propaganda”, informon este medios de comunicación iraníes en el exilio como IranWire. An Ahmadi y Haguigui también prohibieron toda actividad en Internet y abandonaron el país durante los años que pasaron en prisión salgan.

En Irán, las mujeres tienen prohibido bailar en la calle y mucho más si lo hacen con un hombre, incluso si se trata de una pareja de prometidos, como Ahmadi y Haguigui. sin embargo, IranWire Relaciona esta dura condena, más que con esa prohibición, con la repression de unas protestas que comenzaron con la muerte bajo custodia policial de Mahsa Amini, el 16 de septiembre, tres días después que la joven de 22 años fuera detenida en Teherán por la morality policía, que la acusó de llevar mal colocado el velo. Desde entonces, al menos 488 iraníes han muerto por la represión, mientras que más de 18.000 manifestantes han sido detenidos y al menos cuatro, ejecutados, de acuerdo con los datos de la ONG iraní con sede en Oslo Iran Human Rights.

Ahmadi y Haguigui fueron detenidos el 1 de noviembre por funcionarios del país que fueron condenados y trasladados al pabellón 209 de la prisión de Evin, en Teherán, famosa por tener presos políticos y estar al mando del Ministerio de Inteligencia iraní, en relación IranWire. Numerosos testimonios de antiguos reclusos de esas instalaciones han descrito la existencia en ella de una cámara de tortura donde se aplica corriente eléctrica a los presos o se les somete a otros castigos como suspenderlos en el aire por los pies con las manos atadas a la espalda colgante periodos de tiempo prolongados.

Jugos sin garantias

Tras más de cuatro meses de protestas populares bajo el lema “mujer, vida y libertad” y en contra de la República Islama —que el 11 de febrero celebrará su 44º aniversario—, el cansancio y la represión por parte de las fuerzas de seguridad y los paramilitares parecen haber logrado sofocar las manifestaciones, al menos por el momento. Según el sitio web de guía de la crisis en Irán de la organización Critical Threats, el domingo solo surgió una pequeña manifestación en Teherán, en contra con las decenas de marchas en todo el país de las que se informó semanas atrás. En los días anteriores, este sitio web había informado de pequeñas protestas en otras zonas de Irán, pero por motivos más económicos que políticos.

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La represión, sin embargo, ha pasado de tener como escenario la calle a desarrollarse en los tribunales, según denuncian organizaciones como Iran Human Rights, especialmente en los tribunales revolucionarios, un sistema paralelo al regular, creado en 1979 y cuyo fin es proteger al régimen Iraní. Además, las salas se suelen juzgar a disidentes y periodistas critican y ante sus jueces están desfilando estos días los detenidos en las manifestaciones. Organizaciones internacionales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch consideran que estos tribunales constituyen materias de represión en Irán y que los procesos que se celebran en su totalidad carecen de garantías.

Amir Ahmadi y Astiaj Haguigui han sido condenados por uno de esos tribunales, el que lleva el número 15 de la capital iraní, que les negó el derecho a elegir a un abogado defensor y denegó también su petición de libertad bajo fianza, siempre según IranWire.

El juez que preside ese tribunal es Abolqasem Salavati, a quien los activistas de derechos humanos iraníes apodan “el juez de la horca” por la facilidad con la que salen de su mano condenas a la pena capital, que en Iran se llevan à cabo mediante ahorcamiento. Otros métodos de ejecución, como la crucifixión y la lapidación, aún son legales. De la firma de Salavati salió la condena a muerte, ejecutada el 14 de enero, contra el ciudadano británico-iraní Alireza Ajbari, por “corrupción en la tierra”, entre otros cargos graves. Tanto la Unión Europea como Estados Unidos han sancionado fueron juzgados, en 2011 y 2019, respectivamente, por graves violaciones de los derechos humanos alegadas por los imputados, en particular las violaciones de las garantías procesales y del derecho a la defensa de los acusados.

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