La Unión Europea busca nuevas fórmulas para evitar que Rusia siga financiando su guerra en Ucrania. La Comisión Europea ya estudia una nueva ronda de sanciones a Moscú —la décima— por la invasión que va a cumplir un año, ya la lista de entidades y personas vetadas en la UE se puede sumar otra medida que busca golpear el sistema económico ruso basado en el comercio de hidrocarburos. La Comisión Europea planteó a los Estados miembros imponer un límite al precio de los derivados del petróleo ruso que oscila entre 100 euros por barril si se trata de gasolina, gasóleo o combustibles aeronáuticos o una rebaja de 45 euros por barril en la cotización del mercado en el caso de parafinas o productos utilizados en la industria química, según el borrador remitido a los países al que ha tenido acceso a EL PAÍS. La medida se impontamente conjuntamente con los países del G-7 que no forman parte del club comunitario (Estados Unidos, Japón, Reino Unido y Canada), apuntan fuentes de la negociación.
En diciembre, la UE y el G-7 impusieron un límite al precio del petróleo que se fijó en 60 dólares o una reducción del 5% del precio límite en el mercado y un acuerdo revisado. Ahora, un grupo de países -básicamente Estonia, Letonia, Lituania y Polonia- afirman que esa revisión se debe allí y por más del 5%, para seguir restando potencia a la maquinaria económica que sostiene la guerra. Mientras, el 5 de febrero entró en vigor la norma de comprar derivados del petróleo de los Urales que los países del G-7 y la UE se autoimpusieron. Sin embargo, ambas medidas tienen un alcance limitado, ya que solo descienden a un número de pagos; y algunos de ellos, como Unidos, Canada, Reino Unido o España, no eran clientes importantes de Moscú y sus compañías de hidrocarburos.
La solución que encontró el G-7 y la UE para ampliar el impacto de la sanción fue aprobar a tope en los precios del crudo o los derivados para los terceros países. ¿Y por qué lo iban a aceptar estos otros Estados? Las empresas occidentales involucradas en las operaciones de las petroleras tienen una gran participación en el mercado de combustibles (navieras, aseguradoras, reaseguradoras, avalistas). Estas empresas, en principio, tienen prohibido participar en estas transacciones, salvo que ese país ajeno acepte el tope plantado por Occidente.
Este viernes los países de la UE han estudiado en el Consejo de la Unión Europea la propuesta de la Comisión Europea. Ha sido un primer intercambio de opiniones en el que ya se han podido ver las posiciones de todos. Como es habitual, se abre la negociación de un nuevo paquete de sanciones, con un grupo de países (Polonia, Estonia, Letonia y Lituania) a los que se pedirá una participación más fuerte con Moscú. Y esto es lo que ha vuelto a suceder esta vez.
The first city of los embajadores de los pays de la UE ha saldado con un amplio consenso en las limitaciones de precios y en los productos derivados del crudo ruso a sancionar, apuntan fuentes de la negociación. Otro debate ha sido qué hacer con los topes ya impuestos al petróleo directamente. Los bálticos y Polonia buscan que reduzcan más de lo acordado en diciembre. La propuesta no agrada a algunos en Bruselas, comenzando por la Comisión, donde cree que hasta ahora la medida ha funcionado bien. Apenas entró en vigor, la cotización del crudo de los Urales se mantuvo por debajo de esos 60 dólares prácticamente todo el tiempo. En cambio, el Brent, la referencia del mercado petrolero en Europa, se ha mantenido en un año que se sitúa entre los 75 y los 90 dólares. Esta situación tiene la ventaja de que resta recursos a las arcadas rusas sin sacarlo del mercado, con lo que la presión sobre los precios no aumenta.
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