Bombas de humo lanzadas contra policías, sillas de bar o cubos de basura volando por las calles… Nápoles vivió escenas de violencia en la tarde del miércoles 15 de marzo. Alrededor de las 17:00 horas, en el centro histórico de la ciudad, cientos de hinchas del Eintracht Frankfurt se enfrentaron con la policía antidisturbios, horas antes del partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones contra el club local.

Los numerosos videos compartidos en las redes sociales mostraban la carga de los ultras frente a las fuerzas del orden que por un momento parecían desbordadas y los vecinos aterrados por este acceso de violencia. Varios autobuses fueron saqueados y un coche de policía incendiado.

En Twitter, el alcalde de Nápoles, Gaetano Manfredi (independiente, centro izquierda), denunció “un clima de curación inaceptable”, mientras apelaba a los seguidores napolitanos a » ser responsable «, en referencia a los 250 de ellos que vinieron a luchar contra los alemanes. Después de dos horas caóticas, la policía recuperó el control de la situación. Los ultras de Fráncfort fueron trasladados a un hotel de la ciudad acordonado por la policía.

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Estos enfrentamientos en las calles de Nápoles se deben tanto a las responsabilidades de los dos clubes como a una sucesión de errores por parte de las autoridades italianas. Nápoles y Fráncfort tienen un odio obstinado desde hace varios años, a través de sus seguidores ultra. Se trata de emparejar. En 1999, el Frankfurt se acercó a la tifosis del Atalanta Bergamo, uno de los rivales históricos del Nápoles. Este último, por su parte, ha desarrollado amistades con los seguidores del Borussia Dortmund, enemigo jurado de Frankfurt en el campeonato alemán.

“Una injerencia grave e inaceptable”

El 21 de febrero, durante el partido de ida en Alemania, los ultras del Eintracht Frankfurt habían llenado la ciudad de pegatinas insultantes, los napolitanos y los microbuses de Italia habían sido vandalizados. Treinta y seis personas fueron entonces detenidas.

Las autoridades italianas no habían minimizado el riesgo de enfrentamientos, pero en las últimas semanas una sucesión de órdenes y contraórdenes han creado una confusión propicia para los excesos. En previsión de la reunión del miércoles por la noche, juzgado «alto riesgo» por el Comité de Análisis para la Seguridad de los Eventos Deportivos (CAMS, organismo creado en 2008 y dependiente del Ministerio del Interior), el Ministro del Interior italiano, Matteo Piantedosi –él mismo natural de Nápoles– había emitido en primer lugar una orden ordenando el cierre del estadio Diego-Armando-Maradona a los visitantes y la prohibición de venta de entradas a los aficionados del Fráncfort. Una medida que había provocado la ira en Alemania, mucho más allá del club. El 8 de marzo se exhibió una pancarta insultando al ministro en el Allianz-Arena de Múnich durante el partido contra el Paris Saint-Germain.

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Por ubsab6

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