Al menos una persona estaba matar y otro resultó herido el domingo por la mañana en Kiev cuando Rusia disparó su última ola de misiles y drones contra la capital ucraniana.

Un hombre de 41 años murió después de que fragmentos de un dron derribado cayeron sobre una gasolinera en el oeste de Kiev, dijo Vitali Klitschko, alcalde de Kiev, en su canal de Telegram. La primera ola de explosiones, incluidas tres que dañaron edificios en toda la ciudad, se produjo poco después de las 2 a.m. hora local, según Klitschko. Advirtió a los residentes que permanezcan en sus casas debido a otra ola de misiles y drones que se aproximan.

Rusia intensificó su atención en Kiev en mayo, lanzando allí su ataque más grande y sostenido desde al menos marzo, con ráfagas casi nocturnas de misiles y drones. El ataque del domingo parece ser el primer asesino de este mes. Las fuerzas armadas de Ucrania se han vuelto expertas en interceptar los bombardeos rusos, a menudo derribando decenas de drones y misiles. Desde este mes, Ucrania ha estado utilizando sistemas antimisiles Patriot de fabricación estadounidense, uno de los sistemas de defensa aérea más avanzados, como parte de su creciente arsenal de armas.

Para mostrar cuán competentes se han vuelto las fuerzas armadas de Ucrania, su sistema de defensa aérea derribó Kinzhals que apuntaban a Kiev a principios de este mes en más de una ocasión, según funcionarios ucranianos y estadounidenses. El arma es una de las armas convencionales más sofisticadas de Rusia. Y aunque algunos analistas han cuestionado las capacidades de Kinzhal, la defensa de Ucrania contra ellos demuestra una gran capacidad para resistir el arsenal de Rusia, que incluye drones Shahed-136 de fabricación iraní.

El sábado, el máximo comandante militar de Ucrania, el general Valeriy Zaluzhnyi, señaló que las fuerzas armadas del país estaban listas para lanzar su contraofensiva, pero no declaró su lanzamiento oficial. En las últimas semanas, las fuerzas ucranianas se han vuelto más audaces y han atacado más profundamente en territorio ruso, intercambiando ataques con drones y misiles con Rusia y apuntando a instalaciones militares e industriales críticas para el esfuerzo de guerra ruso.